viernes
7 y 9
7 y 9
El único orfebre del país que se ocupa de la técnica de la espuma, Reinaldo Hernández, más que hilos de oro, lo que ha tejido siempre es la paciencia y la perseverancia. Se trata de uno de los trabajadores manuales que exponen sus creaciones en Expoartesano, la feria que comienza este viernes en Plaza Mayor. El santafereño se ha dedicado solo al tejido en oro, plata negra y blanca, y ónix, desde hace 20 años, cuando se graduó de un curso de orfebrería del Sena.
Ese estudio lo comenzaron con él otros 17 estudiantes, según recuerda, pero solo él lo terminó y lo ejerce.
Unos días después “me hicieron campo en un taller de orfebrería, donde se trabajaba la filigrana tradicional, la misma que hacen en Mompox y otras partes del país”, comenta.
Recuerda que, de pronto, apareció una mujer, Nury Figueroa, y manifestó que ella conocía la técnica del tejido en espuma o estropajo, lo había aprendido de su padre y deseaba enseñarlo a quienes quisieran aprenderlo.
La historia, según se supo, es que esa mujer lo aprendió de su padre, un filigranero de tradición, quien la sacó del taller porque se casó con una persona que él no quería.
Muchos años después, el señor murió y ninguno de sus hijos quiso seguir en el oficio. Ella, para que no se perdiera la técnica de la espuma, buscó joyeros de Santa Fe para que aprendieran. Fue entonces cuando se cruzó, para bien, en el camino de Reinaldo.
Varios se apuntaron, pero solamente él se quedó en esta técnica, la sigue cultivando y hasta constituyó una empresa, que bautizó con las iniciales de su nombre y apellido.
“Debe ser porque esta técnica es muy lenta y requiere mucha paciencia”, comenta este hombre que pasa el tiempo trenzando hilos metálicos para elaborar manillas, anillos, aretes y collares.
Con un metro de hilo de plata de 20 micras alcanza para un centímetro de tejido. Él, con su habilidad, alcanza a tejer unos siete u ocho centímetros en un día. Alguien, sin su pericia, acaso alcance a tejer la mitad.
Reinaldo tendrá su puesto, junto a otros orfebres y artesanos, en Plaza Mayor. Como todos, está listo, no solo para compartir su obra, sino para contar historias.