<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=378526515676058&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">
x
language COL arrow_drop_down

¿Busca un libro? Este es el mapa de las librerías de Medellín

Estos lugares se las ingenian para sobrevivir. Les contamos dónde encontrarlas en la ciudad.

  • Las librerías de Medellín, lugares para encontrarse con los libros e incluso tomarse un café. Foto: Jaime Pérez.
    Las librerías de Medellín, lugares para encontrarse con los libros e incluso tomarse un café. Foto: Jaime Pérez.
13 de febrero de 2018
bookmark

Como los kioscos de golosinas, las librerías son tiendas de sonrisas. El hallazgo de un libro que se ha buscado por mucho tiempo o que se encuentra de pronto, sin buscarlo, constituye una secreta felicidad que solo el bibliófilo disfruta y comprende.

Por eso, la mayoría de las personas sabe que no son almacenes como cualquiera, sino negocios con alma.

Si bien unas abren sus puertas, como El Resplandor, Antimateria y El Licenciado; otras las cierran, como La Científica. También la América, que ya quitó el aviso. Sale del mercado después de 74 años de actividades en el Pasaje Boyacá. En estos días, Fernando Navarro, nieto del fundador, se ocupa en devolverles a los distribuidores los libros que están en consignación y en vender, con descuentos, los propios. Luego cerrará.

“Ha estado en vía de extinción desde hace años”, revela Navarro, no sin nostalgia por ver morir el negocio y la pasión que aprendió desde niño. A pesar de que el local es propio, hace tiempo “no da ni para los gastos”. Ya liquidó a los empleados.

Centro, periferia e ingenio

Varias librerías del Centro, sector donde se resume la vitalidad económica y cultural, han cerrado o se han trasladado. El Centro Comercial del Libro, El Acontista, Librópolis y la Interuniversitaria, son de las pocas librerías que quedan en esta zona.

Hacia la periferia parecen voltear sus ojos los libreros. En ella se han establecido tiendas como Los Libros de Juan, Grammata, Al Pie de la Letra y Exlibris. Y han llegado unas del Centro, como Palinuro y la Anticuaria.

La clave también parece estar en idearse negocios complementarios que ayuden a sostener la librería.

Para Alejandra Cifuentes, librera de El Acontista, el negocio es difícil, porque el libro no está incluido en la canasta básica familiar. “Leer es un privilegio y un placer que se cultivan cada vez menos”. Ella alterna la oferta de mostrador con estrategias como el evento Martes de Encuentro, que incluye presentaciones de libros y lecturas. Y visitas promocionales a colegios. Sin contar que El Acontista es café y restaurante.

Exlibris, de Patricia Melo, tiene un “concepto diferente”: incluye restaurante, repostería y café. “Son cinco años de unir dos pasiones: libros y comida”. También ofrece “chécheres” para decorar la biblioteca. Comenzará un taller de escritura creativa y otro de dibujo.

Las universitarias son otro cuento. El rendimiento es importante, pero su papel esencial está en ser un complemento de la educación.

Juan Carlos Rodas, director de la UPB, dice que lo más importante es contribuir con el fomento de la lectura entre estudiantes, docentes y público en general.

“La queja es que el promedio de lectura en el país, por año, es de 1,5 libros por persona. La gran misión de la librería universitaria es ayudar a contrarrestar ese bajo índice”.

Lugares como el suyo realizan ferias y participan en los Eventos del Libro de la ciudad.

Cree que a las librerías las debilita también la escasez de auténticos libreros. Estos se diferencian de los vendedores en que aquellos de verdad conocen los libros y a los autores, y pueden asesorar con conocimiento.

Un plan puede ser recorrer las librerías de Medellín. Para hallarlas, consulte el mapa.

Te puede interesar

El empleo que busca está a un clic

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD