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Ocho días en la sedienta Guajira, compartiendo de día y de noche con habitantes indígenas y mestizos bajo ese cielo casi siempre azul, sudando, respirando con dificultad, para luego escribir una crónica.
Ese experiencia será la segunda del proyecto Al Borde, que con la guía del cronista Alberto Salcedo Ramos, explora fronteras para contar sus historias poco difundidas.
De acuerdo con Juliana Serna, comunicadora de Puente, la corporación cultural que lidera esta iniciativa, “se inscribe en un programa de pedagogía expandida”, es decir, un modelo educativo en el que las experiencias de enseñanza y aprendizaje se realizan lejos de las aulas académicas, directamente en lugares que quieren documentarse.
“Es un ejercicio de residencias efímeras” en el que la inmersión es fundamental —complementa Olga Elena Acosta, gestora cultural de Puente—, para contar historias “en las que no se distinga dónde termina el autor y dónde comienza el relato”. Dependen de lo compenetrado que esté el periodista con la realidad.
El primer ejercicio fue Arauca Documentada. Su lenguaje fue la fotografía, sucedió hace un mes, y estuvo dirigido por Federico Ríos, un fotógrafo independiente que ha estado vinculado con el New York Times, fotografiando a las Farc en sus últimos días de vida guerrillera.
26 fotógrafos se inscribieron en ese viaje. Entre ellos, un ciego. Varios de ellos eran fotógrafos de bodas.
Hallaron historias interesantes. La mayor parte de ellas han sido publicadas en diarios del país. Una, de una mujer llanera dedicada al coleo, fue publicada en EL COLOMBIANO en su sección de reportajes gráficos Mi mejor clic.
Otra, la de Felipe Carranza, un fotógrafo de bodas de Bogotá, que vivía por primera vez la experiencia de la fotografía documental, ya apareció en periódicos de Europa, porque un trabajo suyo de esa estadía en Arauca resultó nominado el martes 23 de mayo en un concurso internacional, al lado de un trabajo de su tutor, Federico.