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En la fila del baño un niño de 10 años le dice a su mamá que las mujeres son muy demoradas. La mamá le explica que son más mujeres que hombres los que han llegado al Estadio El Campin de Bogotá a ver a Bruno Mars. Esta conversación la observa atentamente la menor de esa familia, también en el concierto, una niña de 7 años aproximadamente.
La apreciación de esta madre puede ser cierta en la fila del baño, porque en las gradas del estadio la proporción de hombres y mujeres es más pareja que dispar y asombra más aún ver familias completas y niños, sí, bastantes niños menores de 10 años en este espectáculo.
A Bruno Mars, de 32 años, le dijeron en España que iba en camino a convertirse en el rey de la música negra, luego del concierto que dio en Madrid en esta gira 24k Magic que en la noche del martes llegó a Colombia. Era la primera vez de Peter Gene Hernández en el país y así lo hizo saber al empezar el show, con el saludo de “parceros” a los asistentes al show. Lo del reinado él también se lo cree (aunque sea en ocasiones tan autocrítico y perfeccionista con su música), dos coronas doradas adornaban las pantallas gigantes antes de que comenzara el concierto.
Finesse fue la primera canción de 15 en un repertorio construido con apenas 3 discos. Son ya tantos los éxitos que el hawaiano tiene que hasta se dio el lujo de omitir un par de canciones. Hicieron falta Lazy song y Gorilla, y también dejó por fuera dos más del nuevo disco que incluyó en otros países Straight up & down y Too Good to say GoodBye.
La explosión musical del afinado multiinstrumentista también fue literal. Mars hace de sus conciertos, espectáculos llenos de efectos, con fuego en el escenario y pólvora fuera de él, como para desatar la locura de los asistentes que bailaron, gritaron y brincaron tan excesivamente que al final sintieron los efectos del montón de energía que había en el ambiente: voces afónicas, cuerpos adoloridos y cansancio.
Aunque no todo fue alboroto; hubo tiempo para que la banda descansara mientras el artista interpretaba la balada más exitosa que ha escrito: When I Was your man, una melodía que más de un hombre cantó con los ojos cerrados, recordando a esa mujer que dejaron perder.
24k Magic, Treasure, That’s what I like, Versace on the floor, Runaway baby, Just the way you are, Perm y Chunky fueron algunas de las canciones del concierto, que por momentos devolvió al público a los ritmos ochenteros, felicidad para los mayores; otros instantes a lo bailable de la música de la calle en Nueva York, algarabía para los jóvenes y también al coreográfico estilismo de luces, banda y efectos especiales, todo un asombro para los niños.
Con este concierto Bruno Mars demostró que hay artista para rato, más si con sus próximos discos y giras logra seguir enamorando a tantas generaciones juntas. Anoche fueron 45 mil personas en Bogotá. Acentos caleños, paisas y hasta venezolanos se escucharon. Por algo la boletería se agotó en un par de días desde septiembre, muchos querían verlo. Estadio lleno.
El público al salir seguía hipnotizado, los juegos pirotécnicos continuaron tronando minutos después de que el cantante y sus talentosa banda negra: los hooligans, dejaran el escenario. Un estruendo final como para que no olviden a quien quiere convertirse en el rey del pop. Un trono en el que muchos concuerdan que va con ahínco pero al que le queda mucho camino por recorrer.