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De niña quiso estudiar arqueología o palentología, bailó tango, fue campeona nacional de escalada, practicó capoeira y patinaje, pero al final la música fue la que terminó seduciendo a esta artista caleña.
Está estrenando, no una, sino tres canciones, Agüita bendita, A ti y Natural -la más reciente en el mercado-, que hacen parte de un álbum en el que laboró los últimos tres años de su vida, encontrando un sonido propio y trabajando al lado de otros músicos, entre ellos Andrés Cabas, coautor del éxito de Agüita Bendita.
Además de estos temas, ya tiene listas otras 18 canciones para presentar el próximo año su álbum. Comprometida con la naturaleza, vive en una parcela cerca a la Sierra Nevada de Santa Marta, Duina adelanta en su natal Cali diferentes iniciativas para la recuperación de las cuencas, en la limpieza de ríos y reforestación de las laderas.
Cómo ha sido el proceso con el sencillo Agüita bendita...
“Feliz de por fin abrir este nuevo ciclo, Agüita bendita nace en el marco de la creación de un disco que comenzó hace tres años, cuando decidí vivir un proceso personal y creativo en el que pudiera jugar y amalgamar música con todos los sonidos y géneros que me habían influenciado desde chiquita, así que tuve una gran información de cosas que me encantaban y me conectaban de diferentes maneras.Logré encontrar mi sonido, recorrí distintos rincones de Colombia, la Sierra Nevada, Medellín, Bogotá, Amazonas, y ciudades como Miami y Los Ángeles, donde me reuní con diferentes compositores y músicos, hasta que nació este disco”.
No solo interpretas las canciones, sino que eres productora y arreglista de tu propio álbum...
“Me puse de prueba de productora y arreglista con este disco, una aventura muy divertida, Agüita bendita fue la primera que abrió todo este ciclo, hay una cantidad de canciones represadas que estoy que saco, a la par de Agüita ya están sonando Natural y A ti”.
¿Cómo fue ese trabajo al lado de Jiggy Drama?
“Fue superbacano, surgió la idea de grabar otra versión de Agüita con un artista colombiano y apareció el nombre de Jiggy, ya nos habíamos cruzado en varios eventos, lo invité a hacer parte del proyecto, le encantó y a los cinco días ya la estábamos grabando, todo fluyó”.
¿Cuál fue la participación de Andrés Cabas en Agüita bendita?
“En el disco Cabas estuvo en gran parte del proceso creativo, con él escribimos Agüita bendita; cada canción tiene una historia distinta, el disco quedó permeado de diferentes artistas, de diferentes rincones, es un sancocho bien sabroso, además de Cabas trabajé con unos amigos de Puerto Rico y también hay una canción con Vicente García”.
¿Con estas canciones vas en contravía de lo que hoy impone la industria, es compleja esa apuesta?
“Es difícil, más bien, hacer cosas que a uno no le gusten, siempre he hecho todo con amor, conciencia y entrega, hace un par de años estaba en un proceso de descubrimiento, donde no sabía muy bien cuál era mi sonido y me estaba inclinando hacia un lado muy comercial, con bastantes cosas urbanas, ahora, me encanta lo urbano, no discrimino, para mí el problema no es el género, sino algunos exponentes.
Ese beat de la música urbana es lo más afro que hay, está presente en cada sitio que hubo migración africana. En este disco hay mucho de ese beat, al que le incorporamos flautas andinas, como sucede con Natural. No me interesa pensar en lo que funciona o en lo que no, quiero seguir mi corazón y hacer cosas con las que me sienta feliz, que disfrute, que sean sencillas o complejas, que nazcan de un sentimiento genuino, que me conecten con ese sentimiento. La vida se va en un momentico, no pienso ceder ante mis corazonadas, quiero hacer lo que me gusta, como sea, estar por encima de todo”.
¿Cómo fue esa conexión virtual y el tema de redes sociales?
“Cada vez trato de entrar más en la tonada del mundo virtual, mis redes son como soy yo, es mi comunicación con la gente que me sigue, desde lo espontáneo y desde lo real de mi vida. No le echo mente a eso, sí siento que algo es bonito para compartir lo hago, no me gusta echarle mucha mente, como dice mi hermano, no le eche mente a la mente, que se vuelve demente”.
¿Además de la música, qué otras actividades te apasionan?
Estos últimos cuatro años he estado hipermegaclavada como nunca con la música, nunca pensé que me pudiera absorber a ese nivel.
En mi vida he hecho de todo, fui patinadora, campeona nacional de escalada, hice capoeira, bailé tango durante 10 años con una compañía, de hecho desde los 13 años daba clases de baile, me apasiona un resto, también me encanta pintar, mi casa es una exposición de mi arte.
Disfruto estar en el mar, tengo una tierrita en el monte, muy cerca de la Sierra Nevada, donde me encanta estar, donde voy a desconectarme, a respirar aire puro, a trabajar la tierra, me encanta cultivar, arar, desde niña con mis padres trabajaba la tierra”.
También estás haciendo música para otros frentes...
“La música es el centro de mi vida, en distintos frentes, no solo como cantante, sino como productora, por ejemplo, hice la banda sonora de una película que salen el próximo año (La ciudad perdida) y también colaboré con la cinta animada El libro de Lila y con un documental sobre tiburones en La Guajira. Me encanta la creación musical en distintos frentes”.