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El cantante español Miguel Bosé llenó la noche del viernes el Auditorio Nacional de la Ciudad de México en el primer concierto de la gira Estaré 2017, en el que cantó en favor de la paz y en contra de los muros en un país amenazado por las políticas migratorias del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Presentando su último álbum Bosé MTV Unplugged, el intérprete de Morena mía entró al escenario vestido de negro y acompañado de 10 músicos que se deslizaban en las escaleras al ritmo de Sereno.
Se apagaron las luces cuando, de golpe, el príncipe sereno se tiñó de rojo y movió sus caderas al ritmo de Duende y Nena, enloqueciendo a todos los presentes, que parecían no poder volver a sentarse.
Con la voz quebrada, los ojos delineados de negro, Bosé de 60 años, anunció que este concierto era el primero “de una era nueva y de una vida nueva”.
“He venido a confesarme, pero soy tan casto que no tengo pecados. Tengo algo mucho más jugoso para confesarme. Voy a confesarme con vuestras canciones”, afirmó con una sonrisa pícara que insinuaba una falsa inocencia.
Cuando iba a cantar Nada Particular, el cantante recordó que esta era una canción que escribió en 1992 por la guerra de Yugoslavia, explicó que es un tema que habla de “paz, solidaridad, exilio, esfuerzo e integración” y se declaró “un hombre de paz”.
“Quiero un mundo en el que podamos abrir los brazos a alguien que venga de fuera y decirle ‘Vente a construir mi casa y quédate aquí para siempre’”, añadió mientras alguien gritaba “¡Abajo el muro!” y el escenario se vestía de blanco para la interpretación de Nada particular.
El artista se presentará de gratis hoy en el zócalo de Ciudad de México.