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Un hombre cautivador, inquieto y talentoso. Así describe la historia a Pedro Infante. Actor, cantante y un icono de la época de oro del cine mexicano (1936 - 1959), es recordado también por sus canciones y como uno de los grandes representantes de la música ranchera.
Aunque murió joven, a los 39 años, víctima de un accidente aéreo, no ha muerto para México, su país natal, que lo idolatra y recuerda constantemente.
En el aniversario de su muerte se resaltan sus mejores interpretaciones, esas canciones que a pesar de los años, en su voz se oyen mejor y siguen vigentes.
Cientos de compositores entregaban sus canciones de amor a la voz de Pedro Infante. Bésame mucho, Amorcito corazón, Amor de los dos y Amor de mis amores son algunos de sus recordados temas románticos.
Le cantaba al despecho con altura, con canciones de José Alfredo Jiménez y Rubén Fuentes. Temas como Cuando el destino, El plebeyo, Nube gris e Ingrata perdida le cantaron al dolor del corazón.
El romanticismo de su voz y su carisma lo hizo muy propicio para esas canciones que buscaban conquistar a las mujeres.
El artista fue tan polifacético que cantó no solo en español, también en inglés y portugués. Muchas de sus interpretaciones le cantaban al goce de vivir.
Como era tan alegre e histriónico, cantar con entusiasmo se le hacía fácil a Infante. También se metió con el tema de la revolución mexicana e interpretó canciones tradicionales.