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Cuando Aretha Franklin cantaba en la iglesia, hasta los no creyentes prestaban atención. No había cumplido diez años y ya mostraba señales de ser una cantante en potencia.
Lo llevaba en la sangre, su madre, Barbara Siggers Franklin, fue una cantante de góspel, y su padre, Clarence C. L. Franklin, era uno de los predicadores más importantes de la época. Lo apodaban “la voz del millón de dólares” porque congregaba a miles de personas en sus sermones. Así que era natural que la casa de Dios se transformara en su hogar.
Aretha tenía una doble herencia: musical y divina, y tenía más tintes de diosa, que de diva. Su rango vocal le permitía navegar entre géneros músicales e interpretar a la perfección y de manera imprevista hasta piezas operáticas complejas como Nessun Dorma.
La anécdota cuenta que cuando Luciano Pavarotti enfermó durante la gala de los Premios Grammy en 1998, la Reina del Soul salió al rescate a interpretar la reconocida pieza de Turandot de Giacomo Puccini.
Vivir de la voz
Siendo apenas una adolescente y con un hijo a bordo, Franklin publicó su primera producción discográfica, The Gospel Soul of Aretha Franklin (1956), pero en 1960 hizo una transición a la música secular.
“Ella firmó con el sello Columbia de la CBS y pasarían seis años en los que no habría mucho impacto, simplemente porque allí nunca encontraron el camino con ella”, asegura el crítico musical Manolo Bellón.
En 1967 cambió de casa discográfica y se quedó en Atlantic Records, en la que contó con la asesoría de Jerry Wexler, “un productor que entendió perfectamente cómo era su voz y su estilo y ahí es cuando empiezan a aparecer sus éxitos”, comenta él.
Se podría decir que ahí nació el soul, pues Aretha fue una de las primeras en pisar ese terreno. “En el momento en el que empezó a cantar góspel, el góspel se volvió soul”, cuenta Alejandro Marín, director de La X, discjockey y crítico de música.
“El espíritu sacramental del góspel –añade– se tradujo a la perfección en el soul. Mientras que a Ray Charles lo vituperaron, lo insultaron y lo señalaron de ser un cantante profano por utilizar la música espiritual en bares y burdeles, Aretha hizo lo mismo, pero su naturaleza sacramental, a raíz de la grandeza de su voz, se mantuvo intacta”.
Dentro de la tradición de la música negra norteamericana se respiraba mucho más gozo que tristeza. Los ritmos podían ser acelerados, tanto como latía el corazón al escucharlos y sus intérpretes se caracterizaban por entonar cada nota como si Dios fuera el único en la audiencia.
Respeto por encima de todo
El álbum I Never Loved a Man The Way I Loved You (1967) trajo consigo Respect, una canción en la que Franklin le exigía respeto a su pareja. No fue la autora del tema, pero su matrimonio con su mánager Ted White era tormentoso. Aretha era maltratada en casa y la intención en su interpretación era muy diciente.
“Por una casualidad, se da la oportunidad de que ella grabe el sencillo y eso le cambia completamente el contexto. Es la mujer diciéndole a su pareja, respétame, que es algo muy distinto”, señala Juan Carlos Garay, melómano y periodista cultural de Radio Nacional de Colombia.
“Respect fue escrita por Otis Redding, uno de los grandes del soul, pero era una canción bastante machista. Una vez la tomó Aretha Franklin se volvió feminista. Ella tenía esa habilidad de adueñarse de las canciones y volverlas propias. Además, por esa época se convirtió en un himno que defendía los derechos civiles”, cuenta Bellón.
La composición le mereció sus primeros dos premios Grammy y la perfiló como una defensora de las mujeres.
“Superó todos los obstáculos. Primero, era mujer. Segundo, era negra. Tercero, cantaba en una iglesia. Tenía todos los factores en su contra y aún así se encontró con esa canción que definía todo lo que ella era”, añade Marín.
De lo mundano a lo celestial
En 1968 publicó Aretha Now, del cual salieron más éxitos como Think y I Say A Little Pray, éxitos que le merecieron el título de la Reina del Soul.
“Cada vez que ella cantaba tú sentías al Espíritu Santo, no importaba si Aretha estaba cantando sobre las cosas más cotidianas. Cuando lo hacía no era solo ella la que te estaba seduciendo, te seducía también el espíritu de Dios”, precisa el locutor de La X.
Trabajó junto al productor Clive Davis desde 1980 hasta 2007 en el sello Arista y en total cosechó 18 premios Grammy en su carrera.
Franklin se adaptó a la llegada de nuevas eras musicales con pericia. “Siempre está el peligro de perder su identidad en esos cambios, pero ella lo supo hacer muy bien, su identidad era su voz y su voz era magnífica”, indica Garay.
Después de padecer los dolores de un cáncer pancréatico durante varios años, se despidió por la puerta grande, como si en toda su vida su único oyente hubiera sido Dios.
La magia detrás de la voz de la reina
Por: Manolo Bellón, periodista cultural, crítico y experto en música.
A veces los sobrenombres limitan. Llamar a la recién fallecida Aretha Franklin, la reina del soul, es desde luego un gigantesco honor y un tributo a su talento. Pero ese privilegio hace perder de vista que su voz fue mucho más. Desde niña cantaba en la iglesia donde su padre fue pastor. Por esa razón pudo conocer a algunas de las grandes voces de la música góspel, Clara Ward, James Cleveland y Mahalia Jackson, que ayudaron a moldear su carrera. Precisamente fueron canciones de la tradición religiosa que grabó para su primer disco cuando apenas tenía 14 años. Escucharlo es entender su talento.
A los 18 años y apoyada por su padre hace el tránsito a la música secular. Entre 1960 y 1966 lanza varios discos que no impactan mucho. Pero entonces cambia de sello fonográfico y firma con Atlantic Records. De la mano del músico y productor Jerry Wexler encuentra los caminos que la conducen al éxito gracias a temas como Respect, I Say A Little Prayer y (You Make Me Feel) Like A Natural Woman. Las últimas dos son de compositores blancos: el gran Burt Bacharach y la legendaria Carole King.
También graba canciones de Rolling Stones (Jumpin’ Jack Flash), The Beatles (Let It Be, Eleanor Rigby), Paul Simon (Bridge Over Troubled Waters), además de autores afroamericanos.
Hace colaboraciones musicales tan disímiles como con el inglés George Michael, la gran Whitney Houston (hija de su amiga de infancia Cissy), Michael McDonald de the Doobie Brothers, Larry Graham, Elton John, la mismísima Carole King y otros.
Dicho esto, queda claro que la dimensión de su obra trasciende de lejos el soul. Y en eso radica la grandeza de Franklin. Tuvo la capacidad de tomar canciones de variados estilos e imprimirle su sello tan personal, que parecen ser composiciones propias. No importa el origen de los temas. Cuando ella las interpretaba, eran de ella.
Y eso que no hemos hablado de canciones que ella escribió y su inmensa capacidad para tocar el piano.
Sí, la reina del soul fue eso, y también mucho más. Un talento gigante, una mujer íntegra que nos deja un extenso catálogo que les recomiendo explorar. Hay mucho para escuchar, para descubrir y para disfrutar.
La voz que pidió respeto a las mujeres
Por: Hugo Vásquez
“El soul era un territorio inexplorado para las mujeres. Antes de Aretha, todas eran coristas, números de apertura para los actos principales eminentemente masculinos, “un mundo de hombres” cantaba el padrino James Brown. Pero ahí estaba la hija del reverendo, la madre precoz, la esposa atormentada, recién contratada por Atlantic después de una carrera en Columbia. En la disquera de Ahmet Ertegün, Aretha Franklin fue libre, y en 1967 publicó un disco que cambió el juego para las mujeres, I Never Loved a Man the Way I Love You, un álbum potente e incendiario.
La reina del soul supo cómo convertir en una oda feminista el tema Respect de Otis Redding y con el estribillo en el que sus hermanas deletrean la palabra y su grito dolorido nacido en el góspel demostró por qué era la indicada para abrir camino a la ola de grandes solistas que la siguieron. Sin Aretha no hay Diana Ross solista, no hay Beyoncé ni Adele.
Jerry Wexler, el productor que trabajó con ella, le dijo a Rolling Stone: “Escribió la mayor parte de su material o seleccionó las canciones ella misma, resolviendo los arreglos en casa y usando su piano para proporcionar la textura. En este caso, simplemente tuvo la idea de embellecer la canción de Otis Redding. Cuando entró al estudio, ya estaba resuelto en su cabeza”.
Es que la reina siempre se metió con los grandes, su versión de A Change Is Gonna Come es tan poderosa que parece que fuera escrita para ella. Apenas entona la primera frase, alargándola y cargándola de sentimiento se olvida por completo que es una versión del éxito de Sam Cooke.
La sustancia del góspel que traía de su formación como cantante de coro religioso fue su gran aporte: en The Thrill Is Gone (otro cover de un grande, B.B. King).
La voz de la cantante es la que le da personalidad a una canción que estaba hecha para hacer lucir la guitarra, y es la que la conduce a ese éxtasis que restalla con la intérprete cantado que es “libre al fin” (free at last)”.
Cronología, momentos memorables de su carrera
Noviembre de 1966
Aretha firma contrato con Atlantic Records, especializada en R&B. Allí, abraza sus raíces con canciones más arraigadas en el góspel y el blues. Varios clásicos le siguen de inmediato, incluyendo (You Make Me Feel Like) A Natural Woman y Chain of Fools.
Década del noventa
En 1993 y 1997 cantó en la posesión de Bill Clinton, en 1994 grabó un dúo con Frank Sinatra y en 1995 recibió un Grammy a su carrera. En 1998 reemplazó a Luciano Pavarotti, enfermo, en una entrega de galardones para interpretar Nessun dorma, sin ensayar.
Febrero de 1967
Graba Respect. Este tema, considerado su himno, le valió sus dos primeros Grammy. Hasta 1975 ella ganaría esos dos reconocimientos de nuevo cada año. En 1987, se convirtió en la primera mujer incluida en el Salón de la Fama del Rock and Roll.
Octubre de 2014
Lanzó un disco con nuevas versiones de éxitos de Adele, Alicia Keys y Barbra Streisand. Hizo historia al convertirse en la primera mujer en obtener su sencillo número 100 en la lista de canciones Hot R&B de Billboard con el cover de Rolling in the Deep.
Canciones de Aretha para escuchar
Un dueto para recordar
I Knew You Were Waiting (For Me), grabado con el también fallecido George Michael, fue número 1 dos semanas en 1987.
Clásico del soul de Aretha
Respect ocupó el puesto No. 5 en la lista de las “500 mejores canciones” de la revista estadounidense Rolling Stone.
El amor que podría retornar
Until You Come Back to Me (That’s What I’m Gonna Do) fue número 3 en la lista de Billboard de las más escuchadas en 1974.
Una reina consolidada
Freeway of Love, lanzada en 1985 le dio por décima vez a Franklin el Grammy a Mejor Presentación Vocal de R&B.
Un himno de franklin
Chain of Fools fue número 2 en el top Hot 100 de Billboard en 1968, también le dio a la cantante su segundo Grammy en el 69.
Así reaccionaron diferentes personalidades a la muerte de Aretha Franklin
Paul McCartney
Aretha hizo versiones memorables de sus éxitosen The Beatles.
“Tomémonos un momento para dar las gracias por la hermosa vida de Aretha Franklin, la Reina de nuestras almas, que nos inspiró a todos por tantos años. La extrañaremos, pero la memoria de su grandeza como música y como buen ser humano vivirá en nosotros por siempre”.
Elton John
Cantó con él en su última presentación pública en 2017.
“La pérdida de @ArethaFranklin es un golpe fuerte para todos los que aman la música real: música desde el corazón, el alma y la iglesia. Su voz era única, su piano era subvalorado –era una de mis pianistas favoritas–”.
Barack obama
El expresidente lloró en una de sus actuaciones en el Kennedy Center Honors en 2015.
“En su voz podíamos sentir nuestra historia: nuestro poder y nuestro dolor, nuestra oscuridad y nuestra luz, nuestra búsqueda de la redención y nuestro respeto ganado con tanto esfuerzo. Nos ayudó a sentirnos más conectados, más esperanzados, más humanos. Y a veces ella nos ayudaba a olvidarnos de todo lo demás y bailar”.
Barbra Streisand
Las dos divas compartieron escenario y se dijo que eran rivales.
“Es difícil concebir un mundo sin ella. No solo fue una única y brillante cantante, también se comprometió con los derechos civiles y marcó un impacto indeleble en el mundo”.