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Parranda por 50 años de Festival

El Festival de la Leyenda Vallenata llega la edición 50. Este año se elige el cuarto rey de Reyes.

  • FOTO ARCHIVO COLPRENSA
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Parranda por 50 años de Festival
26 de abril de 2017
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La música que interpretaban los campesinos, los cantos de vaquería y las canciones que llevaban los juglares entre los pueblos, lo mismo que los recados y las noticias a los moradores que acuciosos se arrimaban a escucharlos, tiene cincuenta años de estar reglamentada en un festival, que ayuda a preservarla.

Esa es una reflexión de Marina Quintero, investigadora y cantante de este folclor, quien asegura que no es fácil conseguir medio siglo de festival, como el de la Leyenda Vallenata, de Valledupar, y de competencias en torno a unos aires musicales. En cuanto a la música de acordeón, como se ha llamado al vallenato incluso mucho antes de que adquiriera este nombre que lo identifica más bien con la capital cesarense.

“Son numerosos los festivales que comienzan —señala— y que luego de algunas ediciones, no continúan”, y recuerda entre estos el de vallenato de Sincelejo.

La investigadora cuenta que el festival ha dejado varias herencias: que personas como Alejo Durán, Luis Enrique Martínez y Alfredo Gutiérrez, entre otros competidores, pasen a la historia de la música y el folclor.

El primero de ellos, como una leyenda por su virtuosismo; el segundo, porque dio estructura a las canciones vallenatas: antes de él eran monótonas, a partir de él tienen introducción, intermezzo y finalización, y el tercero, por ser el único que ha conquistado la corona de rey en tres ocasiones.

¿Por qué la hazaña de Alfredo Gutiérrez (Los Palmitos, Sucre, 1943), recibir tres veces la corona, no ha sido igualada por ninguna otra persona?

Marina cree que esta circunstancia es muy importante, porque en los primeros veinte años del Festival, “la competencia era entre grandes”, juglares casi todos ellos. “Cuando se fueron acabando, los nuevos quedaron sin estilo. Son más producto de las escuelas, que del trajín de la vida y las búsquedas estéticas particulares”.

Alejo Durán dijo que quizá fueran diez los juglares, pero eran diez estilos distintos en tarima. “Era un Olimpo”.

Existen otras personas que no participaron en los concursos del Festival, pero son referentes del folclor, como Rafael Escalona Martínez, su fundador, cuyas composiciones son crónicas de la vida cotidiana y cuentos de amor, “y Chico Bolaños, un juglar que vivió entre 1903 y 1963, que dio estructura a la música vallenata”.

Es decir, mientras Luis Enrique dio estructura a las canciones, Bolaño lo hizo con la música. “Registró los tiempos del paseo y el son”.

En cuanto a las canciones que ha dejado el Festival, hay varias que sobreviven por fuera del certamen de Valledupar. Una de ellas es Ausencia sentimental, del guajiro Rafael Manjarrez:

Ya comienza el Festival, vinieron a invitarme/ ya se van los provincianos que estudian conmigo/ ayer tarde que volvieron preferí negarme/ pa no tener que contarle a nadie mis motivos/ yo que me muero por ir y es mi deber quedarme/ me quedo en la capital por cosas del destino...

Esta canción ganó en 1986, cuando Marina Quintero integró el jurado. Se convirtió en el himno del Festival.

“Hay que destacar las canciones de Gustavo Gutiérrez Cabello: Rumores de viejas voces, ganadora en 1969, y Paisaje de sol, de 1982, que hablan de lo histórico y lo poético que tiene esta música”.

Rey de reyes

Este año se escoge el cuarto Rey de Reyes, un ganador entre ganadores de la corona.

Existen muchos reyes vivos, pero seguramente no todos van a participar. Por ejemplo, Nafer Durán —hermano de Alejo—, el noveno rey, coronado en 1976, tiene 84 años y no estará.

Marina Quintero guarda la esperanza de que “se lo lleve alguno de los adalides del vallenato tradicional, como Álvaro López o Wílber Mendoza (el hijo de Colacho Mendoza, el segundo Rey Vallenato.

Álvaro López fue el primer rey mudo del Festival”.

Con esta expresión se refiere a que fue el primero que no cantaba, sino que solamente tocaba acordeón.

Por su parte, Alfredo Gutiérrez dice que, junto a otras personas, le sugiere a la Fundación del Festival que vuelva a exigir que un mismo artista toque el acordeón, cante y componga, como lo hacían anteriormente.

“Hoy, una persona toca el acordeón, la otra es cantante y una tercera es la compositora. Y el espectáculo se lo roba el cantante y la gente muy poco escucha el acordeón”.

Y pensar que no incluye otro componente que era imprescindible en los primeros años del Festival: “que versée”, dice Marina Quintero para referirse al cultivo de la piqueria, los versos improvisados con los que se enfrentan dos competidores. Los versos son de cuatro o diez palabras cada uno, pero ya tampoco es exigencia que el acordeonero versée.

Entre las grandes figuras del vallenato, el Rebelde del Acordeón señala que, para él, los grandes maestros del vallenato son Guillermo Buitrago, que lo interpretaba con guitarra; Pacho Rada; Alejo Durán; Andrés Landero; Julio de la Ossa y Calixto Ochoa.

“Alejo Durán era tal vez el más grande y el más auténtico. Era también el más sencillo, el más elemental y el más difícil de imitar”.

Alfredo cuenta que estará en Valledupar el viernes 28 tocando su música con el instrumento que lo ha inmortalizado. “Un vallenato sin acordeón es como un sancocho sin yuca”.

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