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El Encuentro Internacional de Arte MDE11 se encargó de darle la bienvenida al puesto, y cinco años después, el MDE15 le sirve de marco a su despedida.
El pasado martes se confirmó la noticia que EL COLOMBIANO había anticipado el 11 de noviembre, la renuncia de Ana Piedad Jaramillo a la dirección del Museo de Antioquia, a partir del 31 de diciembre próximo.
En diálogo con este diario, la comunicadora social hizo un balance de su gestión, y contó el motivo de su renuncia.
“Tengo un reto profesional interesante al frente y lo quería tomar. No lo puedo decir ahora, pero es muy importante para la ciudad, la región y el país, es en el exterior”.
“No ha sido fácil. El museo se convierte en la casa de uno. Trabajamos como una familia. Fue una decisión dura. Pero uno no se debe eternizar en los cargos. Es importante salir por la puerta grande”.
“Muy fuerte. En lo financiero queda sin pérdidas. Fortalecimos algunas unidades de negocio para terceros como la museología, la restauración, las curadurías. El museo ahora es uno de los más fuertes de la región. Apoyamos producciones como el Salón Nacional de Artistas, montamos exposiciones en Cali, Cartagena, donde montamos la Bienal de Arte de esa ciudad, nos buscan de otros países para que les prestemos nuestros servicios, trabajamos con la Pinacoteca de Sao Paulo, fuimos a Chile, Holanda, Panamá, Argentina. Formamos museólogos.
El Fondo Editorial ha producido libros, catálogos, con el fin de que quede la memoria de lo que hacemos. Y algo muy valioso: el trabajo con las comunidades, hemos estado en cerca de 200 municipios del país, para rescatar el patrimonio vivo, con música, gastronomía. A veces llevamos exposiciones como pretexto, pero en el trabajo al final es la propia comunidad la que se apropia de la exposición con sus elementos que consideran patrimoniales”.
“Que el museo tuviera asegurada su sostenibilidad operativa. Los museos en la ciudad trabajan en la incertidumbre. Tenemos que buscar recursos para pagar los servicios, la vigilancia, lo operativo. Y aunque como museo somos ejemplo con nuestras unidades de negocio, es duro cada año pensar en esos problemas.
Otro sueño que quedó a medias: la transformación del sector. El alcalde saliente dejó una parte comprometida por Carabobo, la peatonalización de Bolívar y una parte de Calibío. Queda un trabajo pendiente que empecé junto al sector privado, con Fraternidad Medellín y Corbeta, mi sueño es que un edificio que está al frente de la Casa del Encuentro se convierta en talleres para artistas, proyecto patrocinado por una alianza público-privada, para transformar el sector y permitir el trabajo con la comunidad. Es un reto que le va a quedar a la nueva administración”.
“Hoy tenemos cerca de 6.000 piezas, en el tiempo que estuve a cargo llegaron 236 obras nuevas, entre ellas El Viacrucis, de Fernando Botero, que estuvo en Chile, Portugal, Palermo y en febrero llegará a Roma, dando a conocer el Museo por todo el mundo”.