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Taiwan, el país donde nacen los computadores

9 de cada 10 portátiles vienen de allí. ¿No le daría curiosidad hacer turismo en ese lugar?

  • Taiwan, el país donde nacen los computadores
  • Taiwán puede definirse entre una gastronomía variada y una fuerte relación con la tecnología. FOTOS Diego Caballo
    Taiwán puede definirse entre una gastronomía variada y una fuerte relación con la tecnología. FOTOS Diego Caballo
07 de febrero de 2016
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Este país asiático ha pasado de ser mano de obra barata para las grandes multinacionales, a importar esa mano de obra económica, fundamentalmente de la China continental, aunque en estos momentos quedan muy pocas fábricas, porque el 80 por ciento de la producción se hace fuera del país.

El 84 por ciento de los estudiantes de Taiwán llegan a la educación superior, según el Foro Económico Mundial, que lo sitúa en el puesto séptimo con mayor porcentaje del planeta, pero también indican que tiene un exceso de universitarios.

Taiwán es una isla pequeña de grandes dimensiones, gracias a su buena administración y ocupa una de las primeras posiciones a escala mundial en la fabricación de teléfonos móviles. Su población siempre está pegada a un teléfono móvil, a veces de forma enfermiza.

La creación de alta tecnología es el puntal de su economía, porque el país produce nueve de cada diez ordenadores portátiles; es de los primeros fabricantes del mundo de microprocesadores y el segundo productor mundial de tecnología informática.

Taiwán es el gran fabricante de componentes claves de los teléfonos inteligentes y cámaras digitales. En menos de medio siglo ha pasado de ser una economía agrícola a una potencia mundial en alta tecnología, hecho que le coloca en el grupo llamado “tigres asiáticos”, junto a Hong Kong, Singapur y Corea del Sur.

Pone en el mercado el setenta por ciento de la producción mundial de circuitos integrados y también está a la cabeza en fabricación de “leds”, pantallas y discos ópticos.

Gran parte de la producción de tecnología se concentra, como si de un Silicon Valley californiano se tratara, en el parque informático al este de Taipéi, con una extensión de 650 hectáreas, en el que abundan sedes de grandes multinacionales informáticas.

País de contrastes

Dos terceras partes de la isla son montañosas. Cinco cordilleras la atraviesan. Su pico más alto, con casi 4.000 metros (3.952), es el Yu Shan, en el que se puede ver nieve en medio de su clima tropical.

De sus veintitrés millones de habitantes algo menos de medio millón son de origen malayos-polinesios, que luchan por conservar su lengua y costumbres, y la gran mayoría del resto proviene de la emigración china.

La libertad religiosa permite que convivan más de 12.000 templos erigidos para el taoísmo, budismo, protestantismo y catolicismo, donde rezar, meditar o rendir culto a los ancestros.

Taipéi, su capital, es el centro político, social, económico y cultural, y recibe al visitante con un calor tropical y un manto de humedad con mezcla de niebla. Desde su edificio más famoso, el rascacielos 101, nos muestra sus grandes avenidas rectilíneas y un sobrio y ordenado urbanismo.

Tiene una superficie de 272 kilómetros cuadrados y una población aproximada de 2,6 millones de habitantes. Se habla el chino mandarín pero podemos hacernos entender perfectamente en inglés, que es idioma obligatorio junto al materno en los colegios.

Entre sus múltiples rincones y lugares destaca su Museo Nacional, que exhibe la mayor colección de arte chino del mundo. Es un recorrido por 5.000 años de historia a través de 650.000 piezas que pertenecieron al Palacio del Emperador, en la Ciudad Prohibida de Pekín, y que fueron sacadas por Chiang Kai-shek y sus seguidores cuando su gobierno se trasladó a Taiwán en 1949 tras la toma del poder por Mao. En la colección están presentes pinturas de todas las dinastías, así como numerosas piezas de marfil, alfarería y bronce, entre otros.

Gastronomía variada

La oferta gastronómica de la capital va desde los puestos callejeros, que la elaboran con una cuidada asepsia, a los grandes restaurantes, como el RAW, del famoso cocinero chino André Chiang, que también está presente en Singapur y París.

El país tiene una cocina rica en variedad, que conserva la influencia de todos sus colonizadores, principalmente Japón, además de las diferentes etnias y de las provincias del centro y el sur de China, y recetas aborígenes “hakka” con variantes locales.

Los ingredientes más comunes son el arroz, trigo, maíz, el cerdo, el marisco, la soja, el sésamo y un tipo de pollo local. También la ternera, pero menos común ya que algunos taiwaneses, especialmente los más ancianos, siguen evitando consumirla debido a sus creencias budistas y también a la tradicional resistencia a sacrificar ganado útil para la agricultura, además de su apego emocional hacia los animales de labranza.

No obstante, la versión taiwanesa de la sopa de fideos con vaca sigue siendo uno de los platos más populares del país, a pesar de esta aversión tradicional. También son comunes los restaurantes vegetarianos con una amplia carta, debido principalmente a la influencia del budismo.

El clima subtropical de Taiwán permite el cultivo abundante de diferentes frutas, como la papaya, los cítricos y el melón, además de ofrecernos una amplia variedad de fruta tropical, gran parte importada.

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Los kilómetros que tiene el Lago del Sol y la Luna, el centro geográfico de la isla.

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