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Bailarines que se mueven como si se dejaran arrastrar por compases musicales o, más bien, como si tuvieran la música por dentro y esta les empujara los pies, la cabeza y los brazos.
Esas figuras vuelven al escenario del Metropolitano, proque después de 10 años de suspensión, retorna la Temporada Internacional de Danza Contemporánea, del 4 al 11 de noviembre. Organizada por la Secretaría de Cultura, cuenta con la dirección de un pionero de este arte en Colombia: Peter Palacio. Con él hablamos.
¿Qué es la danza contemporánea?
“Es la que coexiste con otras cosas en un determinado tiempo. En el siglo XVIII, el ballet era contemporáneo. Sin embargo, hay una tendencia de danza llamada así, que surgió en Alemania, más o menos en el decenio de 1920. Abre posibilidades al cuerpo, al incluir otros formatos artísticos como la acrobacia, el canto, el equilibrismo, el teatro... Además, en gran medida, son danzas con concepto, es decir, expresan ideas, aunque hay trabajos que son solo movimiento... La música es un personaje. Se distingue de la tradicional, en que esta tiene ritmos y pasos preestablecidos”.
Háblenos de los grupos.
“Los países asiáticos tienen tradición milenaria en danza. Las escuelas son antiguas también. Eso lo vemos en el Korea National Contemporary Dance Company.
En España, los niños nacen bailando. La Compañía Mar Gómez es de dos bailarines solamente. Es cómica y esto es raro, porque en danza priman los temas trascendentales. Es algo que no se ha visto en nuestro medio. Es teatral, con sabor a Almodóvar.
Israel, si bien no tiene la tradición milenaria de Oriente, sí posee gran apoyo gubernamental para el desarrollo artístico. El grupo Kibbutz Contemporary Dance Company presenta un trabajo sólido de bellas coreografías”.
¿Y lo nuestro?
“Nos llevan años luz. En Colombia estamos biches. La academia nuestra, Danza Concierto, es la más vieja y tiene 28 años”.
¿Cuál es su propuesta?
“Tratamos que nuestras obras sean viscerales, pasionales y sensuales, como somos los colombianos. La obra De Las cosas del querer aborda problemas de inclusión de las personas de la comunidad Lgtb para expresar el amor. Son cuatro personajes que se relacionan en escena”.