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¿Qué hace el nombre de un paisa en la biblioteca más grande del país? Y no es cualquier antioqueño, sino el financista y abogado Luis Ángel Arango, quien le dejó a Bogotá una institución que ya cumple seis décadas entre libros. Él, quien fuera gerente del Banco de la República, pensaba la cultura como un arma de poder. La educación debía estar a la mano de cualquier colombiano.
En tiempos en los que el mundo digital ha bajado el público en las bibliotecas, la Luis Ángel Arango ha mantenido altas tasas de visitas: reciben aproximadamente 5 millones de usuarios anuales, cifra que va de la mano de grandes instituciones como la Bibliteca Pública de Nueva York, la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos o la Británica.
Fue inaugurada el 20 de febrero de 1958 y tenía una capacidad instalada para atender a 250 usuarios. Ha crecido de tal manera que se ha convertido en un edificio de 45.000 m², con más de 2.000 puestos de lectura, doce salas especializadas, una de exposiciones temporales y una de conciertos.
Se le conoce también como la Luis Ángel y hoy lidera una red nacional de 21 bibliotecas y 5 centros de documentación regional en 29 ciudades colombianas. Atiende anualmente a más de 5 millones de usuarios.
Las bibliotecas contemporáneas no son solo escenarios para que ratones de biblioteca alberguen libros. Son instituciones culturales que se inscriben en programas más amplios y que incluyen hemerotecas, programación cultural o exposiciones.
Para Alberto Abello, director de la Luis Ángel, este espacio es “fundamentalmente cultural. Comenzó siendo una biblioteca en una esquina del barrio La Candelaria de Bogotá, para convertirse en la cabeza de una red nacional”.
Un referente que crece
En sus inicios tenía 70.000 títulos que hacían parte de las colecciones privadas de los economistas del Banco. En 1994 ya contaban con 500.000. Hoy en día la componen aproximadamente 3’800.000 ítems, entre libros, recursos electrónicos y documentos históricos.
También es un referente del mundo digital: en 1996 fue la primera biblioteca de este tipo en Latinoamérica. En la actualidad cuenta con más de 16.000 documentos digitales, 3.000 imágenes históricas, más de 400 números de prensa antigua y más de 60 proyectos digitales. Este portal recibe anualmente 24 millones de usuarios, especialmente niños y jóvenes.
Una curiosidad. La sala de libros raros y manuscritos (con más de 21.000 títulos) tiene reliquias como una de de 108 hojas: De oratore ad Quintum Fratrem Libri III de Marco Tulio Cicerón publicado en 1470, tiempos en los que ni siquiera la imprenta se había inventado.
Según Abello, la proyección de la Biblioteca consiste en trabajar en la convivencia entre el formato tradicional y lo digital para ampliar el acceso a más gente de sus colecciones.
Sesenta años después de que el antioqueño Luis Ángel Arango creara la biblioteca, aún vive en cada una de las letras de estas páginas.