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La niña Ariana Correa Acosta se destaca entre los 109 arqueros que participan en los Juegos Departamentales en Rionegro.
A pesar de que el tiro con arco de estas justas no tiene competencias para deportistas con alguna discapacidad física, ella todos los días se levanta motivada para dar en el blanco y darle medallas a su municipio, Sabaneta.
Por una enfermedad congénita, Ariana carece de su brazo derecho. Pero esto no ha sido impedimento para que practique deporte, pues por estos días se pasea por la pista que acondicionaron en el parqueadero del coliseo Iván Ramiro Córdoba tratando de sobresalir con su delegación.
A sus 12 años habla de forma pausada; es joven y le falta recorrido para enfrentarse a los medios de comunicación, aunque finalmente responde todas las preguntas.
Dice que esta vez no le va a entregar una presea a Sabaneta, pues es consciente de que apenas comienza un proceso para llegar a donde quiere, los Juegos Paralímpicos.
“Una vez pasé por el Indesa (Instituto de Deportes de Sabaneta) y le dije a mi mamá (Alicia) que quería practicar alguna disciplina y ella me ayudó. De todas las opciones me gustó el tiro con arco, porque me parece que es de mucha disciplina. Hablamos con el profesor Dairon (Jaramillo) y ya llevo cerca de tres meses entrenando y jugando”, dice la arquera que el próximo año comenzará séptimo grado en el Colegio Rafael J. Mejía.
Esta deportista siente que su condición física pasa inadvertida entre sus compañeros y los demás participantes de los Juegos.
“El trato es normal, incluso me orientan para que sepa ubicarme bien cuando voy a disparar; recibo muchos consejos. Me siento normal al lado de ellos y percibo buena acogida, la misma que les brindan a todos los competidores”, manifiesta esta admiradora de Sara López, de quien comenta que le parece una gran deportista, “es muy buena arquera. Muy tesa”.
Aparte de asistir a los eventos paralímpicos más importantes, su ilusión es ser bióloga marina. “Me gustan los animales del mar. Hay muchos misterios en el océano y en los peces”.
Su entrenador Dairon asegura que fue necesario adaptarle una especie de cinturón en la espalda y esto le permite que con un movimiento del dorso pueda hacer la ejecución.
“La idea es mejorarle el diseño, que no sea tan artesanal y que tenga un arco más a la medida de ella”. Añade que con Ariana comenzó un proceso con miras a unos Juegos Paralímpicos. “Es una niña constante, preocupada por aprender y entrenar, tiene gran sentido de superación. En su debut departamental, lo ha hecho muy bien”.
Ariana ha tenido acogida en este grupo unido, que la arropa. “Lo que más me agrada es que me tratan como una deportista más, por encima de mi discapacidad. Me dicen que soy muy tesa” .