viernes
7 y 9
7 y 9
¿Se pondría usted en la tarea de recoger 14 mil recortes de prensa de su equipo de fútbol favorito? Si la respuesta es sí, seguro se identificará con Andrés.
Andrés Hernández, a sus 6 años de edad, vio por primera vez a 11 hombres vestidos de verde corriendo en la cancha y sintió algo especial, una sensación que ni él mismo es capaz de describir 30 años después de aquel momento.
Él vive en perfecta comunión con el fútbol, pero más con el equipo que sigue fervorosamente: Atlético Nacional, club al que le ha dedicado gran parte de su vida y con la misma fe de la primera vez.
Ese recuerdo del primer partido en el que siendo un niño alentó hasta el cansancio a su equipo del alma, mientras enfrentaba al Bucaramanga, lo acompaña hasta hoy y hace parte de cientos de anécdotas que tiene para contar, el brillo en sus ojos delata la pasión que siente al hablar del tema.
Y es que Andrés, más que hincha parece un historiador, él es el creador y protector de un archivo que más de uno envidiaría. Desde hace 13 años se dedica a recopilar recortes de prensa alusivos a Nacional. “En los periódicos queda plasmada la historia del día a día, son cosas que con cuidado, uno puede conservar por mucho tiempo y con ese fin, los empecé a recolectar”, dijo.
Partido tras partido, busca en los periódicos artículos relacionados con Nacional, en su gran mayoría las síntesis, las recorta y luego los clasifica.
“Hago un seguimiento del rendimiento del equipo, entonces en una hoja, pego el resumen del encuentro, recorto la foto del jugador más destacado y el titular del texto, pero si no me gusta, yo me los invento”, ese procedimiento lo ha hecho ininterrumpidamente desde que tenía 23 años, y ya suma 14 mil, todos ellos reposan en nueve libros clasificados cronológicamente.
Recuerda Andrés que su primer recorte restaurado fue el de la presentación de Santiago Escobar como asistente técnico de Juan José Peláez, del 15 de mayo del 2003, en el regreso del hermano de uno de sus ídolos -Andrés Escobar- a Nacional. De ahí en adelante, se dedicó a archivar los que ya tenía recaudados y a seguir ampliando su colección.
“En todos los trabajos que he tenido, mis compañeros me gozaban porque yo veía un recorte y lo guardaba, y me preguntaban ¿Usted qué hace con eso? yo les conté que era lo que hacía y ya ven un periódico y me lo guardan, así contribuyen al archivo”. En su larga lista de artículos, se encuentran publicaciones de El Colombiano, La Chiva -antes Q’ Hubo- y otros medios nacionales que circulan en la ciudad.
Además de este completo archivo, Andrés posee una colección de camisetas y sacos del equipo y de Prado Verde, la barra a la que pertenece, también conserva colillas de boletas de partidos a los que ha asistido fuera de la ciudad, de los locales no tiene, ya que es abonado desde hace 14 años.
Una herencia familiar
Como sucede en esta clase de situaciones, los hijos siempre heredan los gustos deportivos del padre, pero lo de Andrés fue diferente. Su mamá, doña Graciela Hernández, desde muy pequeño lo influenció por el equipo verde “porque de haber sido por mi papá hubiese sido hincha del Junior”.
Su primera camiseta, la recibió de manos de uno de sus tíos, Elkin Hernández, a los 6 años. Desde ese momento, todo lo que le obsequian tiene que ver con el equipo. Algo similar le ocurre ahora con su hijo, Andrés Alexis -nombre compuesto en honor a sus ídolos, Andrés Escobar y Alexis García- de 10 años, quien comparte con él, su afición por Nacional.
La primera vez que Andrés y su hijo asistieron juntos al estadio fue la tarde del 27 de julio de 2008, en un partido en el que Nacional derrotó al Once Caldas 2 a 0. Alexis, con tres años, saltaba e imitaba a su papá en la tribuna oriental y se emocionaba al escuchar los gritos de gol que sacudieron a los hinchas tras las anotaciones de Giovanni Moreno y Carlos Rentería. Ahora, de más edad, Alexis acompaña a su papá a la tribuna sur.
“El recuerdo más feliz que tengo con mi hijo es de su primera vez en sur. Alexis era muy insistente y quería entrar conmigo, pedimos los permisos para hacerlo y por fin se logró. El 31 de octubre del año pasado compartimos la victoria de Nacional contra Millonarios”; ese día, cuenta, que su hijo le decía que estaba muy contento, pero le faltaba algo: el gol, que llegó en la agonía del partido gracias a una jugada de Jefferson Duque.
“Hablamos mucho de fútbol, le enseño, le cuento las historias que me han pasado, pero sobre todo lo educo en el respeto por el rival, por los hinchas de otros equipos, el fútbol es un espectáculo y se debe asumir como tal”.
El deseo de Andrés es continuar con esta particular colección hasta que la vida se lo permita, pero esta tarea ya tiene un heredero: Alexis, quien desde ya se dedica a buscar sus propios recortes para contribuir a la tarea de su padre. “Todos estos libros son para mi hijo, él ya me prometió seguir con esta tarea, a la que le he invertido tiempo, corazón y ganas”.