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María Alejandra Alzate trabaja en el acogedor comedor de la sede del Atlético Nacional mientras uno a uno los jugadores pasan a servirse de las frutas frescas, legumbres y carne que esperan satisfacer el hambre y reponer energías.
Pero no siempre fue así: “Llegué hace diez años, a trabajar bajo las órdenes del médico Hernán Luna y del departamento médico. En esa época no existía ningún trabajo relacionado con la nutrición de los deportistas y mi labor consistía entonces en ir a comprar arroz, aceite, pescado. La sede, en San Cristóbal en ese momento, no tenía cocineta ni nada de lo de hoy. Conseguía señoras de la vereda para cocinar y armar un servicio de alimentación”, cuenta María Alejandra, nutricionista de Nacional, que, con la ayuda del departamento médico, montó desde cero el proyecto nutricional que ayudó a profesionalizar más al equipo así como a los juveniles, un trabajo que marcó diferencia en relación con los demás equipos. “Esto fue de lavar y planchar. Entre todos lo sacamos adelante: con Marcela Maya (fisioterepeuta), Gerardo Madrigal (kinesiólogo), Hernán Luna y Nelson Rodríguez (médicos) nos turnábamos para picar fruta”.
Antes, María hacía visitas a las casas de los juveniles. “Me tocó visitar a Edwin Cardona en Barrio Antioquia para trabajar junto a su familia a crearle un buen entorno alimentario. Conozco a Felipe Aguilar desde que pesaba 55 kilogramos, ahora 84 y es el más juicioso de los juiciosos”, cuenta.
Para lograr que adquieran un estilo de vida saludable a nivel personal y profesional, María Alejandra ha tenido que bregar muchas veces con la terquedad y renuencia de los jugadores. Hoy, ellos han incorporado los hábitos que les permitirán tener una mejor carrera.
En 2016, y aún sin tener la locación actual, se “dieron la pela”, como dice, para cocinar pasta y pollo y ofrecerla a los jugadores durante la campaña en Copa Libertadores.
Actualmente, con la ayuda del comedor que hace parte del Centro de Alto Rendimiento y un completo servicio de catering que contrata el club, tiene un preciso programa de nutrición personalizado de acuerdo a las características y necesidades del jugador. A Nacional le agradece “ser la persona que soy. Llegué con una hija, ahora tengo dos (Sofía y Amelia) y un proyecto de vida muy bonito. Además, acá aprendí el valor de no dejarme afectar por los sucesos del momento. Siempre hay un día después de un triunfo o una derrota”.
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