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Una cosa es decidir cambiar el rumbo cuando las cosas no salen bien. Otra que a Nacional le esté tocando resolver dilemas por el precio del éxito.
En el club antioqueño ya preveían tal situación y por eso se idearon dos planes de contingencia.
El preparador Físico, Eduardo Velasco explicó ambas opciones. “Hay un plan A y un B diseñados a la medida de lo que se pretende, y a lo que vamos a encontrar en el Mundial. La idea es que los jugadores lleguen en un buen nivel, en un estado de forma ideal, y así tener una participación a la altura del torneo”.
El plan A es que el equipo viaje 14 días antes del inicio de la competencia, pactada para el 8 de diciembre, seis días antes del debut (14). Todo para combatir el ‘jet lag’, conocido también como descompensación horaria, disritmia circadiana o síndrome de los husos horarios, que es un desequilibrio producido entre el reloj interno de una persona (que marca los periodos de sueño y vigilia) y el nuevo horario que se establece al viajar a largas distancias, a través de varias regiones.
El partido que se jugó anoche y en el que Nacional logró clasificarse a la final de la Sudamericana, marcaría la decisión definitiva del equipo.
Ahora con una nueva final por disputar, el paso a seguir es el siguiente, según el preparador físico verdolaga: “dividir la plantilla en dos, para que un grupo viaje antes o hacerlo justo antes del inicio de la competencia”.
Sobre el particular, el técnico Reinaldo Rueda manifestó antes del duelo con el club paraguayo que la Suramericana es un trofeo que también quiere el club.
“Ha sido un torneo esquivo para Nacional y, aunque le estamos apuntando todo al Mundial, al estar en estas instancias es imposible no pensar en pelear por un título de esta importancia”.