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“Hemos pasado por un semestre muy difícil. Pero a la hinchada le prometo que los jugadores no hemos hecho más que buscar soluciones. Todos soñamos con que vuelvan esos días en que todo era alegría, triunfos, partidos importantes, estadio lleno”.
Ómar Duarte
Delantero de Nacional.
¿Después de cuántas oportunidades fallidas ha dejado de perseguir un sueño?
Si le preguntan a Ómar Duarte contará que antes de empezar a encaminar su rumbo hacia el objetivo que quería tuvo que recibir tres portazos y que lejos de desalentarse se llenó de fuerza para lograr lo que él sabía que podía lograr.
Cortuluá, Cali y Envigado sentenciaron que el muchacho oriundo de Puerto Santander, pueblo fronterizo con Venezuela no tenía lo necesario para sobresalir en el fútbol y lo hicieron seguir de largo.
Con 19 años llegó a Huila, en febrero de 2015. Cuatro meses después debutó, ingresando desde el banco en el estadio Centenario ante el equipo que entonces parecía una quimera inalcanzable y en el que hoy sueña escribir su propio capítulo. “Esas casualidades son bonitas. Son regalos del destino”, recuerda y sonríe.
De las vivencias que le ha dado el fútbol hay una que lo marcó. De esos recuerdos que arden en el pecho aunque pase el tiempo.
Hoy, en esas raras formas que tiene la vida para materializar situaciones, el infortunio de un compañero (Dayro Moreno, excluido por indisciplina) lo tiene al frente de la oportunidad más grande de su carrera. Así piensa y anhela la nueva esperanza de Nacional en ataque.
¿Incomoda un poco que la oportunidad de llegar a la titular haya sido a costas de una situación compleja para un compañero?
“Sí, por varias razones: Dayro fue un jugador que le dio mucho a este equipo, ganó títulos y aportó goles. Nadie quiere una situación así para un compañero. Mi familia estaba triste por él, pero espero aprovechar al máximo esta posibilidad, debo demostrar por qué estoy en Nacional”.
Lleva un número (9) que vistió Víctor Aristizábal, goleador histórico del club, además de grandes jugadores como Juan P. Ángel. ¿Cómo maneja esa presión?
“Bueno, la afición sabe que vengo del Huila, un equipo que no maneja ni una fracción de las obligaciones que hay en Nacional. Pero la hinchada verde puede estar segura de que estoy preparándome muy bien, día a día, para ser el delantero que necesita este club: hacer goles, ser referente en la posición en Colombia y ayudar a ganar títulos”.
Hablando de la preparación, ¿cómo le ha ido con el trabajo que empezó recientemente Jaime Pabón con ustedes los atacantes?
“Por ahora nos hemos enfocado en perfeccionar movimientos cortos en el frente del área, que ayuden a mejorar nuestra efectividad. Es un trabajo muy interesante pero los resultados no se ven de un momento a otro. Sobre la marcha hay que asumir unos conceptos y ponerlos en práctica, porque cada minuto en la cancha con este equipo conlleva una responsabilidad muy grande. En el mediano y largo plazos el trabajo del profe Pabón va a ayudar a tener un ataque muy bueno. Probablemente el mejor del país nuevamente”.
Le molestó un comentario de un periodista que sugirió que más que por su trabajo usted iba a ser evaluado como el reemplazante de Dayro y sería comparado constantemente con él...
“Sí, un poco, porque nadie tiene tu misma historia. Para llegar acá yo pasé por muchas pruebas y mucha gente hizo posible este sueño que estoy cumpliendo. Dayro y cada jugador escribe su propia historia y, al margen de cómo pude lograr la titularidad, yo espero hacer mi propio camino, ganar muchas cosas con Nacional, con esfuerzo y la humildad que me trajo hasta acá” n