Florián, ejemplar e inspirador

Víctima de un artefacto explosivo, este antioqueño perdió sus brazos, un ojo, un oído y una pierna. El deporte le dio vida.

FOTO cortesía Corporación Matamoros

Juan José Florián Valencia confiesa que, además de su familia, la actividad atlética fue el antídoto para que el odio, la venganza y la frustración que sentía desaparecieran de su mente como por arte de magia. Cerca de dos años estuvo encerrado en su cuarto. Hoy, su vida, pese a las limitaciones físicas es otra.

Tras manipular un artefacto explosivo, dejado, como asegura, por las Farc, en una bolsa en el jardín de su casa en el Meta, donde vivía, el exmilitar de las Fuerzas Armadas creyó estar muerto cuando despertó en el hospital y se dio cuenta de que solo podía ver por el ojo izquierdo, que había perdido sus dos brazos, una pierna y un oído.

“Pensaba que era un estorbo, que no servía para nada. Tuve muchos pensamientos de rabia e intentos de acabar con mi vida, pero todos fallaban, ahora entiendo el porqué Dios quiere que sea un instrumento de él en la tierra...”.

Al notar que sus seres queridos sufrían al verlo postrado en una cama, entre ellos su hija Laura -de 10 años-, Juan José dio el primer paso para salir a flote.

“Todo lo que me rodeaba se estaba derrumbando, y no era justo que los demás sintieran dolor por mi culpa. Al tomar la decisión de volver a salir, mis familiares mostraron alegría, ese sentimiento fue mi primer impulso para afrontar la realidad”.

Su rehabilitación, respaldada por las Fuerzas Armadas, comenzó en la piscina. Su recuperación fue tan rápida que, al poco tiempo, ya estaba compitiendo ante otros nadadores paralímpicos. De hecho fue campeón nacional de los 200 metros libres, y medallista de oro en tres torneos en Estados Unidos, Brasil y Venezuela a los que fue invitado.

Florián, nació en Puerto Berrío hace 34 años, pero desde pequeño se trasladó con su madre a los Llanos Orientales.

Hoy expresa que en su corazón ya no hay rencor. “Hasta se me olvidó la fecha exacta del accidente”, sostiene este hombre, quien cuenta con el apoyo de la Corporación Matamoros y la Asociación de Damas Protectoras del Soldado. El insuceso cumplirá este julio seis años.

“Perdonar y tener paz ha sido fundamental en este proceso. A los señores de las Farc les digo que no vale la pena combatir con balas, es mejor sudar pero haciendo deporte, así representarían mejor al país”.

Después de cuatro años en la natación, Florián fue flechado por otra disciplina: el ciclismo, en la que acaba de lograr dos medallas de oro en el Nacional de Paracycling en Bogotá. Ahora se le abren las puertas para actuar en la Copa Mundo de Holanda, a la que viajará el lunes entrante.

“Si el agua me genera pasión, el pedalismo me da felicidad. En días pasados bajaba en la bicicleta -por el alto del Sisga (Cundinamarca)-, a una velocidad de 75 kilómetros por hora. Por más difícil que parezca, desde que haya vida todo es posible de lograr. Las personas deben salir de su zona de confort y valorar más lo que tienen”, añade el corredor, quien se trazó como meta, a largo plazo, ser medallista en los Juegos Paralímpicos de Tokio-2020.

“Holanda será mi primer gran examen. Cada vez que estoy entrenando y mi pierna me empieza a doler, me pongo a cantar el himno de Colombia, me alienta a continuar. Quiero hacer patria, que la gente me recuerde no como la víctima del conflicto armado, sino como un héroe del deporte. (...) Dios me dio vida para ser ejemplo de superación e inspiración” .

de junio comienza la Copa Mundo de paracycling en Emmen, Holanda. Florián, único colombiano presente.

años tiene el exsoldado Juan José Florián, quien ahora vive en Bogotá, donde se viene formando como ciclista.