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Por Wilson Díaz Sánchez
El despegue de Chris Froome, quien acaba de ganar su cuarto Tour de Francia (2013, 2015, 2016 y 2017), tercero de manera consecutiva, empezó después de 2010 luego de recibir tratamiento de la enfermedad llamada esquistosomiasis o bilharzia que, según un informe de ABC Deportes, anualmente afecta 230 millones de personas y causa cerca de 300 mil muertes.
La publicación da cuenta de que los médicos del equipo Sky buscaban las causas del bajo rendimiento del corredor nacido en Nairobi (Kenia), que a los 15 años se trasladó a Johannesburgo (Sudáfrica) y se nacionalizó británico en 2008, y descubrieron que tenía esta afección propia del continente africano y adquirida al tocar el agua de un río en Kenia mientras pescaba.
Aunque existe tratamiento para controlarla, las secuelas son graves cuando el parásito alcanza a hacer el proceso de transformación, llega a la sangre y afecta la vejiga y el hígado. Para fortuna del ciclismo, este no es el caso de Froome (32 años de edad), quien ya suma 40 victorias en su carrera como profesional que ha transcurrido en los equipo Team Konica Minolta, Barloworld y Sky.
El rubio pedalista quedó a un título del récord de Tour que ostentan los franceses Jacques Anquetil y Bernard Hinault, el belga Eddy Merckx y el español Miguel Induráin. El estadounidense Lance Armstrong, quien ganó siete, desapareció de las estadísticas tras el dopaje que le comprobaron en 2012.
Voló en la carretera
Para alzarse con la victoria, que celebró ayer con su esposa Michelle y su hijo Kellan en los Campos Elíseos de París, Froome realizó su mejor promedio de velocidad, con 40,995 kilómetros por hora en los 3.540 del recorrido y que esta vez tuvo menos montaña. Es el segundo en la historia, luego del 41.,654 km/h de Armstrong en 2005.
El británico, que debutó en esta carrera en 2008 (puesto 84), en 2012 fue segundo y en 2012 abandonó, no ganó ninguna etapa en esta edición. Supo regularse y contó con el respaldo de un gran equipo en el que aportó el colombiano Sergio Luis Henao. “Este Tour ha sido mi mayor desafío -texto emitido por Efe-. El rendimiento de mis rivales me han llevado a un gran nivel. Agradezco el espíritu de deportividad, hemos corrido los unos contra los otros, sufrimos juntos, pero la camaradería en el pelotón hacen grande el Tour”, manifestó desde el punto más alto del podio el campeón.