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Ni el frío, el calor o la lluvia la detienen. No se queja pese a tener que caminar diariamente más de hora y media desde su resguardo indígena hasta el lugar donde entrena, la pista de bicicrós ubicada en zona urbana de Pueblorrico.
La bicicleta en la que practica es prestada y la indumentaria deportiva que lleva puesta, regalada, y aunque tiene que pasar todas esas vicisitudes porque es de escasos recursos, la mente y cuerpo de Mayerly Siagama no se debilitan. Al contrario, se fortalecen solo por una razón. “es que quiero ser la Mariana Pajón indígena”.
Así, sin vacilar, expresa la deportista de la etnia Embera Chamí, asentada en el municipio del Suroeste paisa, y quien al lado de cerca de 15 compañeros -seis de esa comunidad- cuentan las horas para empezar a demostrar su talento en el Clásico EL COLOMBIANO-Indeportes Antioquia, que realizará este sábado el BMX en la pista Antonio Roldán Betancur, de Belén.
Manos amigas
Como Mayerly, Yeison Tascón, Yasira González, Héctor Bustamante, entre otros, tendrán la oportunidad de regresar a Medellín, un lugar que pisaron el año pasado y del que salieron enamorados. Recuerdan que se impresionaron con los lugares que conocieron y el nivel de pilotos con los que rivalizaron en un festival de BMX, pero aseguran que llegaron ahora para asombrar con sus progresos y, claro está, seguir disfrutando de la ciudad.
Pero si ellos se esfuerzan por sus sueños, otros luchan sin parar para que los puedan conseguir.
La dotación con la que cuentan, entre bicicletas, cascos y guantes, ha sido donada por pilotos como Pajón, Carlos Ramírez y Carlos Oquendo. También gracias al apoyo del alcalde de esa población, Flavio Fajardo, del gerente de la Comisión Antioqueña de BMX, Martín Posada; de Juan Fernando Castrillón, presidente del comité ejecutivo de la Comisión; Carlos Zuluaga, de la tienda CJ Bikes, entre otras personas, sobre todo de José Alejandro Jaramillo, el doliente de esta linda causa.
Jaramillo es el gerente del hospital San Vicente de Paúl de Pueblorrico, a la vez presidente y entrenador del club Los Delfines, al que pertenecen los corredores. Al municipio que llega este dirigente, siempre siembra una semilla para que crezca el deporte, como lo hizo cuando estuvo en Guadalupe y Amalfi.
“De joven practiqué el ciclismo, siempre me apasionó, y ahora sigo inmerso en él pero ayudando a los jóvenes para que sigan por un camino recto, inviertan el tiempo libre y no sean carne de cañón del vicio, microtráfico y prostitución. Luchamos por la prevención y el deporte genera bienestar en ellos”, agrega Jaramillo, quien además de sacar dinero de su bolsillo, continúa tocando puertas para hallar más recursos para que los pedalistas que ayuda salgan adelante.
A Medellín retornan con grandes ilusiones, con ideales claros, como los de aquella niña indígena que quiere dejar huella como la campeona olímpica de bicicrós.