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Alguien que ya escaló el Mortirolo (Italia), el Col du Tourmalet (Francia) y la Quebrantahuesos (España), ¿podría tenerle recelo al alto de El Escobero?
Pues sí. Y ese es Juan Camilo Ortiz, un hombre que lleva cerca de 40 años en el ciclismo, haciendo importantes retos con su fiel compañera: la bicicleta. “Es que esa loma (El Escobero) es muy cruel”, argumenta.
Pero hoy, gracias a la competencia, en la que ha participado al menos en 15 ocasiones, tendrá la oportunidad de superar ese reto personal.
Y tiene una motivación muy especial. Lo hará al lado de sus dos hijos: Federico (34 años) y Daniel (27 años). “De las cosas más especiales que la vida nos ha entregado es poder disfrutar de un deporte en asocio con los hijos y la familia”, declara Juan Camilo.
El espacio propicio para estos objetivos, en compañía de los seres amados, será el Clásico EL COLOMBIANO que parte hoy, a las 7:00 a.m., desde el Parque de Envigado.
El deporte como pilar
Juan Camilo aprendió el ciclismo de su hermano Federico (q.e.p.d), quien fue coequipero de Cochise Rodríguez. Y la dedicación diaria a los grandes kilometrajes hizo que sus hijos ya tuvieran un derrotero marcado en el deporte.
Federico, el hijo mayor, siempre tuvo gusto por el fútbol e hizo parte de las divisiones menores de Atlético Nacional durante 10 años.
Pero, gracias al ejemplo de su padre, este ingeniero ambiental se le midió a la bicicleta. “Siempre hemos sido muy familiares y el tema deportivo ha sido una línea”.
Daniel, el menor, tiene una historia similar a la de su hermano. Dedicado por completo al balón de fútbol, se guió por la unidad familiar para hacer parte de estos retos.
“Siempre acompañé a mi papá cuando él corría el Clásico y ahora hacerlo va ser algo especial”, declara Daniel, quien estudia Derecho y trabaja en una empresa relacionada con acabados.
A la escena le falta un personaje, un protagonista que por vivir en Bogotá, no siempre está con ellos, pero que en esta ocasión también se le mediría al Reto a El Escobero, sin pensarlo. Es María Camila, la hermana de 29 años, quien los acompañó en el “paseo” por Europa escalando cuanto pico se les atravesó.
Todos juntos han hecho recorridos difíciles a Matasanos o Jérico, y explican que es mejor llegar a esos cimas en familia que solos. “Es algo indescriptible cuando coronas puertos de este tipo acompañado de tu familia”, asegura Daniel.
Lo cierto es que a todos les falta subir a El Escobero y hoy, gracias a el Clásico EL COLOMBIANO-Inder-Movistar, podrán llegar, “sudando, llorando o sin piernas”, pero coronarán acompañados de los que aman.