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La imagen de la etapa 16 del Giro de Italia sigue viva entre los amantes del ciclismo mundial: Tom Dumoulin bajándose de la bicicleta, a falta de 30 kilómetros para el final, por una necesidad fisiológica.
“Sencillamente, he tenido problemas. Tenía que cagar, no me podía aguantar”, le dijo a Eurosport el corredor holandés, quien, a pesar de ese episodio, se mantuvo como líder.
“Fue después del Stelvio. Empecé a sentirlo en el descenso y solo tuve que parar, no fue posible seguir más”, sostuvo el ciclista del equipo Sunweb, quien tuvo que hacer la persecución en solitario, ya que adelante se encontraban los rivales con los cuales pelea el título: Nairo Quintana y Vincenzo Nibali.
Nibali fue el ganador de la fracción y le entregó a Italia la primera victoria de etapa en el Giro centenario, tras imponerse en Bormio, en un final de fotofinish en el cual superó, al esprint, a su compañero de escapada, el español Mikel Landa.
En la etapa reina del Giro, con 5.400 metros de desnivel y ascensos al Mortirolo, Stelvio y Umbrailpass, uno de los favoritos, el colombiano Nairo Quintana, completó el podio.
“Me hubiera gustado sacar cinco minutos, pero la realidad es esa, el querer y el poder a veces no son lo mismo. En definitiva, acabamos satisfechos con lo que hemos hecho hoy (ayer)”, manifestó el boyacense al término de la fracción.
Fue un día productivo para Quintana porque se mantiene escolta en la general y ahora, a tan solo 31 segundos del líder Dumoulin.
“Ha sido un día muy positivo, con un gran trabajo de equipo. Sabíamos que podíamos recortar tiempo. El líder ha cedido, por unas razones u otras. El ritmo era muy alto y con el kilometraje y el recorrido tan duro, los cuerpos estaban muy cansados y a la vez muy igualados”, sostuvo Nairo (Movistar) en rueda de prensa.
La de ayer era una prueba esperada por los grandes escaladores y fueron muchos los momentos emotivos que se vivieron en los 222 kilómetros entre Rovetta y Bormio, protagonizados, en especial, entre los aspirantes al podio en Milán como Nairo y Vincenzo.
“Era una etapa muy larga y muy dura. Hacía falta ser un corredor completo para ganar: buen escalador, buen bajador y, al final, buen velocista”, dijo Nibali en la meta.
Agregó que Quintana “sigue fuerte” y Dumoulin se “ha defendido muy bien y tiene la ventaja de la contrarreloj del domingo”.
Tom fue consultado sobre qué pensaba del ataque de sus rivales y contestó: “No lo sé, es difícil decirlo. Es una situación de carrera, íbamos a tope y no esperaba que se detuviesen”.
En el ciclismo profesional, los corredores a menudo esperan a un corredor si este sufre un percance ajeno. El domingo, por ejemplo, el propio Dumoulin detuvo la marcha del pelotón cuando Quintana sufrió una caída en un descenso a 36 kilómetros de la meta de Bérgamo, un gesto que el colombiano agradeció.
Quedan cinco etapas, de las cuales tres son de alta montaña, que según los especialistas, favorecen al colombiano, quien seguramente atacará buscando sacar una amplia ventaja a sus rivales para llegar tranquilo a la batalla del domingo, una contrarreloj que beneficia a Dumoulin.
Hoy se puede empezar a dictar sentencia, en la fracción 17 entre Tirano y Canazei (219 kilómetros de recorrido), que cuenta con tres puertos de media montaña antes de llegar a la estación de esquí de los Dolomitas.
No será la más fuerte de las que restan, pero servirá para conocer en qué estado amaneció Tom Dumoulin y qué papel cumplirán Nairo Quintana y Vincenzo Nibali, los llamados a darle la pelea al holandés .