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El pitazo final se escuchó y los jugadores del Pereira llegaron hasta la mitad del campo para abrazarlo. Santiago Arroyave Cañas, su rival de Leones, acababa de debutar en el fútbol profesional.
Ese momento y su ingreso, al minuto 90 del partido por la Copa Águila, no solo llenaron de emoción al volante de antioqueño, sino que lo marcaron de por vida.
Como siempre lo soñó, escuchó los gritos desde la tribuna coreando su nombre: “Santi, Santi”. No eran muchos los aficionados, pero sí hicieron la algarabía necesaria para que el chico que nació sin brazos tocara la gloria.
El 3 mayo quedará para él como un día muy feliz, sin importar que perdió su cabello en el tradicional “bautizo” futbolero. “Eso es lo de menos”, afirma, pues se quedó con los otros instantes: concentrar con el equipo, compartir el almuerzo, la charla técnica, el camerino, la cancha y pisar el césped para debutar. Esas serán imágenes que perdurarán en su mente y su corazón.
Al final, en medio de la euforia, hubo un minuto de reflexión porque el equipo perdió 1-0 ante Pereira, con gol de Jorge Posada, a los 28 minutos, y la idea era ganar.
“Esto es un sueño, estoy feliz, agradecido y quiero que la gente sepa que nada es imposible, que nunca se debe dejar de luchar por lo que uno quiere”, relató el jugador que recibió miles de mensajes en sus redes sociales.
Su mamá, Olga Cañas, no pudo estar por sus compromisos laborales en transporte escolar. Pero los amigos y vecinos que fueron al estadio llenaron su celular de videos y mensajes que la hicieron llorar, al ver a Santi cumplir el primer sueño. Porque el futbolista irá por más.