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Por juan felipe zuleta
Invitado Fedeciclismo
A las 8:55 a.m. Wálter Vargas (Team Medellín) largó del partidor en el parque de Paipa con el propósito de hacer suyos los 41 kilómetros de recorrido a través de los mansos paisajes boyacenses, repletos de ganado perezoso y toda la paleta posible de colores verdes adornando los costados de la carretera.
A las 10:00 a.m. estaba sentado en la “silla caliente”, el lugar que ocupan los líderes transitorios en etapas contra el cronómetro.
Tranquilo por fuera y un poco ansioso por dentro. Así presenció el hombre del Carmen de Viboral el paso de los minutos y de los cientos de corredores al frente suyo mientras su objetivo de convertir la séptima etapa de la Vuelta a Colombia en su momento estelar se iba cristalizando.
Pero la ilusión se le escapó a las 12:00 p.m. cuando vio pasar raudo mientras se frotaba las manos por el frío a Fabio Duarte que fue 46 segundos más rápido. Instantes después, Vargas descendería de la tarima acompañado por su bicicleta, sonriendo pálidamente por el cansancio.
“Cuando se entrega todo y se cumple con las expectativas propias y de las personas que te rodean uno se va tranquilo. Toda la semana estuve pensando en esta crono como la oportunidad de tomar protagonismo, pero ya vendrán otras”, fue el testimonio del corredor de 26 años y actual campeón panamericano contrarreloj.
Siendo historia el liderato parcial de Wálter, Fabio Duarte (Manzana), su verdugo en la clasificación transitoria, ni siquiera alcanzó a ocupar su lugar porque mientras subía las escalas de la tarima, Rodrigo Contreras (EPM-Scott) paró el reloj más rápido que cualquier otro y reclamó su puesto. Ese que se ha ganado con cada kilómetro recorrido este año y que lo han conducido por el camino dorado del ciclo olímpico. El cundinamarqués de 24 años es el actual campeón bolivariano, suramericano y centroamericano contrarreloj, mensajes que reclaman receptores en Europa, donde ya tuvo la oportunidad de correr fugazmente en el Quick Steep aunque quizás no era su momento.
“Todos los avances que uno tiene son suma del trabajo y también de los fallos. En este momento estoy feliz con mi equipo; individual y grupalmente cumplimos con un gran programa lleno de objetivos grandes. Lo único que necesito saber ahora es que el trabajo y los resultados me pondrán los retos que deba enfrentar en el momento indicado”, sentenció el corredor.
En 1995, el español Miguel Induraín tardó 55 minutos, 30 segundos y 4 centésimas para completar 43 kilómetros y ser campeón mundial en un trazado similar al de ayer aunque con algunas variantes. Es una referencia con poca validez para el análisis pero una feliz reseña para cualquier apasionado por el ciclismo. La de ayer, Rodrigo Contreras la transitó en 54 minutos y 42 segundos.
“Las cronos son una cosa espectacular. Quién en algún momento no ha hecho alguna apuesta contra el reloj. Eso es muy emocionante. Ahora, a seguir trabajando para que el tiempo siga bajando”, firmó.