viernes
7 y 9
7 y 9
La inusitada avidez de jugadores, cuerpo técnico y afición verdolaga por avanzar hacia el trofeo de la Copa Águila es comprensible.
Ayer Nacional completó 15 meses sin alzar títulos. Un período relativamente corto pero que, dada la bonanza que vivió el club desde 2012, es apenas normal que despierte inquietud e inconformidad.
De hecho, esta es la segunda sequía más larga en dicho período. La primera fue entre el título del Apertura 2014 y el Finalización 2015 que abarcó 19 meses sin festejos y que coincidió con el tramo final de la era Juan Carlos Osorio y el inicio de Reinaldo Rueda.
En el estadio Metropolitano el cuadro antioqueño tiene que dar hoy buena cuenta de la ventaja mínima (1-0) que sacó en el juego de ida con gol de Daniel Bocanegra.
El antecedente de los verdolagas en series de eliminación directa en Barranquilla es ambigua. De cinco duelos allí el conjunto paisa perdió en tres ocasiones, todos en finales de Liga (3-0 en 2004, 1-0 en 2014 y 2-1 en 2015). Pero ganó dos finales: Superliga 2012 (3-1) y Copa Águila 2016 (1-0).
“(El Metropolitano) es una plaza muy linda para jugar. Siempre tiene un marco increíble. Nacional y Junior se acostumbraron a disputar partidos decisivos. Y aunque generalmente nos toca cerrar las series en casa, esperamos traernos el tiquete a semi”, reseña el técnico (e) Hernán Darío Herrera, previo a su partido más importante desde que asumió el equipo.
Eso sí, pese a la ilusión el equipo viajó incompleto, pues Jorman Campuzano sufre un hematoma en el muslo derecho, vacío que se sentirá y más ante un rival que tendrá un gran volumen de ataque.
Se viene pues otro momento de definición para el conjunto verde. Uno que podría ser clave en el destino del cuerpo técnico interino y la tabla de salvación para un elenco que lucha para no convertir el 2018 en el único año infértil de esta década.