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Son cerca de 100 mil millones de pesos los que, a juicio de Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco) Antioquia, deja de recibir la economía paisa por la eliminación de Medellín y Nacional de las fases finales del fútbol colombiano. Eso sin contar lo que dejan de captar los equipos por taquillas y venta de prendas deportivas.
Desde la Liga Águila-1 de 2012, la ciudad capital no se había quedado sin los dos equipos tradicionales en alguna de las rondas definitivas del torneo.
El impacto no es solo deportivo, toca otros sectores como hotelería, gastronomía, transporte y comercio -formal e informal-.
En el primer semestre de 2017 con Nacional campeón de la Liga, el club verde movió 103.571 personas en los tres partidos que jugó de la fase final, ante Jaguares, Millonarios y Cali, mientras el DIM que solo estuvo en cuartos, llevó al Atanasio Girardot 21.130 aficionados.
De acuerdo con los reportes históricos de los equipos paisas, por taquilla, un lleno en finales, representa un ingreso de 2.500 millones de pesos; en semifinal son unos $2.000 millones y en cuartos $1.500, entendiendo que el segundo semestre bajó el número de asistentes debido, básicamente a que los equipos no enamoraban, con su fútbol y resultados, a la hinchada. Dejan de recibir cerca de 6.000 millones de pesos.
Independiente Medellín los deja de recibir en su totalidad, porque no pasó de primera ronda en la Liga-2 (el torneo de segundo semestre); mientras que Nacional, unos 4.500 por no estar en las dos fases restantes. Y en ventas por productos oficiales (prendas), las ventas bajan más del 50 por ciento.
El comercio se resiente también. “Hay un tema porcentual de alegría y felicidad cuando llegamos a últimas instancias. Eso va de la mano. Cuando hay alegría y felicidad, el consumo se dinamiza y crece la economía”, manifiesta Sergio Soto, director de Fenalco Antioquia.
Para Soto, los malos resultados tienen impacto en hotelería, gastronomía, aerolíneas, transporte terrestre, centros comerciales y almacenes. “El consumo se afecta muchísimo. Hay una desaceleración de la economía” y agrega que se dejan de recibir unos “100 mil millones de pesos”. La gastronomía y sitios abiertos son los más afectados (con un 70%), comercio formal e informal (20%), hotelería y transporte (10%).
Para comerciantes del Centro Comercial Obelisco, ubicado al frente del Atanasio Girardot, la situación no es tan complicada. “Hace más o menos un año era muy bueno para nosotros, la gente se sentaba a comer tranquila, ahora no les gusta, porque se sienten acosados por los que llegan continuamente a pedirles para comprar la boleta”, dice Olmedo Mejía, propietario de Pa’tacon.
“Pero hay otras personas que sufren mucho, como los que se hacen su diciembre vendiendo banderas, camisetas, escudos y todo lo referente al fútbol”, agrega Martínez.
Por estos días, darse un paseo por los alrededores del escenario, es tener como compañía la soledad. Antes, las chazas, casetas y negocios de comidas permanecían colmados de gente esperando los partidos o adquiriendo las prendas que identifican a sus elencos.