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Dayro, en la agonía, rescató la alegría verdolaga
Nacional ganó por 3-2 el clásico de la fecha 12 de la Liga Águila-2 ante Millonarios. El técnico Lillo reconoció que su equipo no jugó bien anoche.
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La celebración de Dayro Moreno y Aldo Leao Ramírez, anoche en el Atanasio. Un triunfo con mucho esfuerzo. FOTO Róbinson Sáenz
16 de septiembre de 2017
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Por Wilson Díaz Sánchez
Ese remate de Dayro Moreno, en la última jugada del partido, llevaba toda la fe de la fanaticada verdolaga que esperó con angustia la victoria (3-2) ante su archirrival, Millonarios.
El Atanasio estalló en festejo en el epílogo del compromiso que hasta ese momento generaba dudas entre los hinchas, pero el empuje y los ímpetus dieron sus frutos para mantener a su elenco en la parte alta de la clasificación
La etapa inicial exigió al local. Primero, por la lesión de Daniel Bocanegra que obligó al técnico Juan Manuel Lillo a replantear su esquema defensivo al ingresar a Felipe Aguilar (33’). Luego, el golazo en contra que marcó Maximiliano Núñez (39’). Ese tanto, un remate desde 35 metros que “colgó” a Franco Armani en el arco sur, cuya tribuna estuvo vacía por la sanción de la Dimayor, sacó del tedio un duelo que ofrecía pocas emociones en el escenario.
Para fortuna de los verdes, el empate les llegó rápido (42’), después de la falta que recibió Dayro Moreno de parte de Matías de los Santos y que concretó el mismo afectado. Y pudieron irse ganadores al descanso, pero el tolimense desperdició un “regalo” que le hizo Andrés Cadavid al servirle un balón que tiró lejos del arco de Nicolás Vikonis.
Las falencias defensivas que había tenido Nacional en la primera etapa volvieron a reflejarse en arranque de la complementaria y Millonarios lo castigó con el segundo gol, esta vez con Ayron del Valle (47’).
El rival le quitó la pelota y se escucharon rechiflas de los aficionados. Ante el tiro libre de Mosquera que salvó Vikonis, Millos respondió con un remate de David Silva que pegó en el palo.
Una individualidad permitió el 2-2 con Andrés Rentería que ingresó por Nieto para el segundo período. Con paciencia, los dirigidos por Juan Manuel Lillo siguieron insistiendo por el triunfo y cuando la afición renegaba por el empate, llegó el 3-2 de Dayro que enloqueció el Atanasio n
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