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A diferencia de los jugadores nacionales que van al exterior, pocos de los
que llegan al país se destacan.
El balompié profesional colombiano cuenta hoy con 60 jugadores extranjeros provenientes de 11 países: 22 argentinos, 10 uruguayos, 9 venezolanos, 6 paraguayos, 4 mexicanos, 3 panameños, 2 brasileños, un inglés, un ecuatoriano, un guatemalteco y un nicaragüense.
Esta cifra es significativa, pues representa un 12 por ciento de los inscritos por los 20 equipos (cada uno puede registrar 25).
Ahora bien, en el ambiente futbolero siempre se ha dicho que cualquier foráneo, independiente de su procedencia, debe marcar diferencia. Así lo reconoce el actual goleador del torneo en Colombia, el argentino Germán Ezequiel Cano, quien triunfa con el Medellín: “Si uno viene de afuera tiene que dar un poco más y máxime si llega a una institución grande, a la que debe representar bien. Podés jugar bien o mal, pero el sacrificio y las ganas tienen que aflorar en todos los partidos”.
Así como en este país los ojos de los críticos están sobre los refuerzos venidos de otras latitudes, en las ligas del mundo a las que emigran nuestros “embajadores deportivos” sucede igual; los siguen con lupa, advierte el exintegrante de las Selección Colombia Hugo Galeano.
Dice que en Argentina hoy en día, por fortuna, brillan los compatriotas Juan Fernando Quintero y Rafael Santos Borré en River Plate, y Sebastián Villa y Wílmar Barrios en Boca Juniors, por cuyos servicios definitivos esos clubes pagan altas cifras de dinero.
En Colombia, mientras tanto, pocos extranjeros sobresalen a pesar de que la mayoría exige alta inversión. “Se están contratando deportistas que no alcanzan a mostrar un alto nivel y ese es un tema para analizar”. Por ejemplo, delanteros con poco aporte de goles, arqueros inseguros y mediocampistas sin el liderazgo que se espera de ellos.
Las razones, añade el exlateral que jugó en Quindío, Millonarios y Junior, y que aportó en la clasificación al Mundial de Francia-98, obedecen al desconocimiento de los dirigentes que se dejan confundir de los empresarios. Estos les “venden” figuras que en realidad no lo son.
¿Cómo fue en el comienzo? ¿Qué otros factores inciden para que el desempeño de los futbolistas que llegan de otras naciones sea bajo?
El historiador Juan Manuel Uribe asegura que desde el primer campeonato, en 1948, al país llegaron rutilantes figuras del sur de continente que marcaron una época y deleitaron a la afición con su juego.
El país necesitaba ídolos para consolidar su naciente torneo y se aprovechó una huelga de futbolistas en Argentina para traer estrellas.
Y menciona a Alfredo Di Stéfano, José Manuel Moreno y José Vicente Grecco, entre otros. Añade que en las últimas décadas ha habido demasiadas equivocaciones a la hora de elegir. Para mencionar, el uruguayo Jonatan Álvez en Junior; y el brasileño Adrino y el español Gorka Elustondo en Nacional.
Si bien nadie está exentó de fallar a la hora de contratar, también sucede que el futbolista muchas veces no se adapta al medio por diferentes circunstancias, como advierte el entrenador ecuatoriano Octavo Zamorano: “Muchos salen por primera vez de su territorio y eso es un problema, porque no es fácil trasladar a la familia, buscarles colegio a los hijos. Hay mucho por ajustar que, finalmente, influye en el rendimiento deportivo”.
Otro aspecto a tener en cuenta es que Colombia pasó de ser un país importador a exportador de futbolistas, y la mayoría de clubes está más preocupado por proyectar jóvenes que por traer figuras. Pocos, entre ellos Nacional y Millonarios, están en capacidad de hacer altas inversiones .
Han triunfado en Argentina
La historia cuenta que Colombia ha exportado figuras a Argentina, como sucede hoy con Juan Fernando Quintero y Rafael Santos Borré, al River Plate; Sebastián Villa, Wílmar Barrios y Edwin Cardona, a Boca Juniors, y Andrés Felipe Roa, a Huracán. En los dos primeros clubes también dejaron huella en el pasado Juan Pablo Ángel, Jorge Bermúdez, Falcao García, Óscar Córdoba, Mauricio Serna y Mario Alberto Yepes. Y en otros equipos de menor rango, igualmente importantes, Iván Ramiro Córdoba (San Lorenzo), Farid Mondragón (Independiente), James Rodríguez Banfield), que más tarde dieron el salto a Europa. Como dice el aficionado Juan Manuel Cely, “también les hemos devuelto calidad, igual que lo estamos haciendo hoy con el fútbol de Brasil”.
El costo no garantiza nivel
Pagar un extranjero de primer nivel es imposible para un club nuestro (salarios de 70 y 80 mil dólares mensuales), de ahí que se acuda a jugadores que puedan cotizarse y generar algún ingreso, u otros que ya estén en el descenso de sus carreras y puedan aportar como referentes a los juveniles. Traer figuras cotizadas tampoco garantiza que vayan a rendir, como les sucede a Nacional y Millonarios que hicieron altas inversiones en argentinos. El conjunto paisa, por petición del técnico Jorge Almirón, que ya no está en el club, trajo al arquero Fernando Monetti (foto), hoy suplente, y al zaguero Diego Braghieri, que alterna la posición. El único que ha respondido es Gonzalo Castellani. Y Millos a Gabriel Hauche, cotizado en 1.5 millones de dólares, sin brillo.
Posiciones que justifican
La mayoría de contrataciones que hacen los equipos colombianos es para posiciones claves. Las más apetecidas, cuenta el entrenador y dirigente Jesús Ramírez, son para arqueros, volantes creativos y delanteros. “En el pasado llegaba mucho zaguero central, ahora no”.
Precisamente, la afición verdolaga recuerda con satisfacción al mundialista José Luis Brown y a Héctor Dragonetti. En el DIM hay especial cariño por el uruguayo Rafael Villazán. Entre los arqueros hubo abundancia: los argentinos Raúl Navarro y Franco Armani (foto), entre los verdes; Luis Barbat (uruguayo) y Aldo Bobadilla (paraguayo), en los rojos. Julio César Falcioni (América). Por eso extraña que Nacional contratara este año al lateral gaucho Rafael Delgado.
Solo tres en la cancha
Para los torneos que organiza la División Mayor del Fútbol Colombiano (Dimayor), el reglamento dice que cada elenco solo puede registrar cuatro foráneos, pero al momento de la competencia únicamente debe haber en el campo de juego tres (en el pasado no había límites). Por eso solo América, Huila, Chicó, Equidad, DIM, Millonarios, Patriotas y Rionegro cuentan con el tope de futbolistas de otros países en sus nóminas. Trece clubes apenas contrataron tres cada uno, en tanto que con dos están Cali y Junior, y con uno, Envigado, Leones y Caldas. Los dirigentes coinciden en que no se justifica hacer una inversión tan alta para tener un jugador en el banco de suplentes y que mejor ese dinero se destina a las divisiones menores.