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Cada vez que la Selección femenina de Colombia realiza una buena presentación en un torneo internacional de fútbol, el clamor general es por la creación de una liga profesional en el país.
¿Será este el camino para que el proceso siga su crecimiento, como lo acaban de demostrar las chichas en el Mundial de Canadá, donde avanzaron por primera vez a los octavos de final?
Sería apenas un peldaño de todos los que hay que construir para consolidar el balompié femenino, señala Liliana Zapata, entrenadora y dirigente que lleva 20 años de luchas, al agregar que lo importante es comenzar con un torneo de clubes, así no sea profesional.
Según ella, en Colombia abundan los equipos, pero solo existen cerca de nueve clubes competitivos, a saber: Palmiranas Fútbol Club y Escuela Sarmiento Lora (Valle); Formas Íntimas y Molino Viejo (Antioquia); Gol Star y Besser (Bogotá), club Élite de Bolívar, Botín de Oro de Santander y Talentos Caldas.
“Debemos estructurar un programa de desarrollo dirigido por la Federación y enfocado a los clubes”, dice Zapata, presidenta de Formas Íntimas, que aportó seis jugadoras al conjunto nacional.
Zapata señala que la experiencia de la Copa Prelibertadores que se realizó el año pasado en Medellín, con el patrocinio de Indeportes, Formas Íntimas y la Liga de Antioquia, y la presencia de 12 elencos, fue importante a pesar de que no tuvo un alto nivel técnico.
“La Federación está apoyando a los seleccionados, quiere ayudar y eso se debe aprovechar. Hay tareas por hacer antes de llegar a un torneo profesional, luego de cumplir los ciclos”, manifiesta la integrante de la Comisión de Fútbol femenino de la Federación.
William Montoya, dirigente de Molino Viejo, cree que es necesario motivar los torneos de liga durante todo el año, no cobrar inscripciones, que los partidos los dirijan tres árbitros como en masculino y tener directores técnicos que conozcan la rama.
Considera que el país aún no está preparado para un torneo profesional , “ni por el número y la calidad de clubes, ni por la seriedad y profesionalismo de las chicas”.
Las regiones con más desarrollo son Antioquia, Valle y Bogotá. En Medellín, por ejemplo, hay 18 equipos inscritos en todas las categorías y la población aproximada es de 500 jugadoras.
Otro factor que ha contribuido al progreso es la presencia de varias futbolistas en otros países, la mayoría motivadas por becas de estudio en E.U. como sucede con Isabella Echeverri (U. de Toledo), Melissa Ortiz (Boston Breakers), Catalina Pérez (Miami), Derly Castaño (Graceland) y Nataly Arias (Atlanta Silver Backs (USA), entre otras. Nicole Renier juega con el Atlético de Madrid y Yoreli Rincón en ASD Torres de Italia.
Si aumenta la competencia en el país, con más torneos, surgirán nuevos talentos y Colombia seguirá acortando distancias con las potencias, como lo demostró en Canadá.