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La santandereana retornará a Brasil,
país que le abrió las puertas del fútbol profesional en 2012. Otro reto para la “10”.
Con el balón en sus pies es técnica y fantástica; fuera de la cancha luce alegre y frentera como la mayoría de santandereanas.
Para Yoreli Rincón Torres, futbolista de 25 años, el 2018 fue especial porque se volvió a catapultar entre las mejores del país y de Suramérica. El título de la Copa Libertadores que alcanzó con el Atlético Huila, en cuya final le tocó cobrar el penalti definitivo ante Santos, en Manaos, le abrió de nuevo las puertas del fútbol internacional.
La nacida en Piedecuesta acaba de fichar con el Iranduba de la Amazonía, Brasil, país que ya supo de su talentos. Fue precisamente allí, jugando para el XV de Piracicaba, en 2012, cuando se convirtió en la primera futbolista profesional colombiana.
Sus gestas inéditas continuaron al año siguiente al jugar con el Malmo de Suecia la Liga de Campeones femenina de la Uefa. De allí pasó al Western de Nueva York, al ASD Torres Calcio de Italia y luego al Avaldsnes de la primera división de Noruega, elenco con el que anotó cuatro goles.
Su regreso a Colombia, primero a Patriotas de Boyacá en 2017 y luego al Huila, le reportó otra alegría al hacer parte del conjunto que le dio el primer título al país en el torneo de clubes de la Conmebol.
Un logro más en el palmarés de esta jugadora que suma cuatro Mundiales (sub-17, sub-20 y dos de mayores). Ama el fútbol femenino y lo defiende con vehemencia, pues le ha tocado batallar no solo contra adversidades y lesiones, sino contra muchos enemigos de esta modalidad a la que ella ha ayudado a sobresalir.