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Hace tres meses, en medio del homenaje que le hizo el Concejo de Medellín a Hernán Darío Bolillo Gómez, por su aporte al fútbol nacional, Rivaldo Correa le obsequió al técnico antioqueño su Botín de Oro que lo acreditó como el delantero juvenil más prolífico en Colombia en 2017.
“Cuando me salió la oportunidad de venir a Medellín, mis papás siempre me recalcaron que debía ser agradecido hasta en lo mínimo. Y poder compartir con personas que le han dado tanto al fútbol de este país; para mí sigue siendo un gran regalo”, expresa Rivaldo recordando aquel gesto con Bolillo.
Un mes después, el samario se convirtió en jugador del Medellín proveniente de Rionegro Águilas. Con 19 años, 10 partidos y un gol como profesional cumplió su sueño. “Cuando estaba en Selección Antioquia mis compañeros sabían que yo anhelaba vestir la camisa de Medellín”, comenta.
En el cuadro rojo comparte posición con Germán Cano, Leonardo Castro y Juan Fernando Caicedo, experimentados delanteros que, juntos, se aproximan a los 250.
Correa asume, con humildad, su posición de aprendiz. “Tener compañeros como ellos es un privilegio. En cada entrenamiento aprendo algo nuevo”.
Con el antecedente de 112 goles en el fútbol juvenil, trabaja e imagina el momento en que llegue su bautizo de gol con el Poderoso.