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El cubano Rafael Iznaga es el responsable del principal proyecto del boxeo colombiano de actualidad. Como entrenador de la Selección de mayores ha trazado pautas y definido el norte de este deporte en el país. Hoy se encuenta en Ekaterimburgo, Rusia, hasta donde se desplazó con un grupo de 6 pugilistas para afrontar el Mundial. Habló con EL COLOMBIANO.
La competencia del Mundial llegó atropellada por dos torneos previos (Panamericanos y Nacional), ¿qué tanto influye en la preparación y en los resultados?
“Es el mismo trabajo que se tuvo para Juegos. No se pudo hacer nada más por el tiempo. El calendario estuvo muy apretado y no hubo espacio para el descanso. Solo se aumentó el volumen de trabajo y la competencia, además, tuvimos Campeonato Nacional. Entonces el grupo registró poca recuperación, no se bajó la intensidad en la preparación física. De resto, el plantel está bien preparado para afrontar este compromiso”.
El certamen no hace parte del ciclo olímpico, entonces, ¿cuál es su importancia?
“Realmente este campeonato no es válido para nada, queda para afinar el tema del ranquin mundial por divisiones, pero no da puntaje ni cupos para futuras pruebas, como la de los Juegos Olímpicos. Lo que quiso la Asociación Internacional de Boxeo (AIBA) al programarlo es que cada país pudiera observar el tema de los cambios en algunos pesos”.
Si no es clasificatorio ni otorga puntos, ¿entonces, a que acude Colombia, cuál es el objetivo?
“El trabajo que venimos desarrollando, desde cuando empezamos este ciclo, es clasificar el mayor número posible de peleadores a los Juegos de Tokio. La idea ahora es observar los rivales que tendremos en el clasificatorio, hacernos una idea clara de a qué tipo de boxeadores nos enfrentaremos, en especial los del continente americano que serán los más cercanos en esa disputa por los cupos olímpicos. Y basicamente, de preparación”.
¿Qué pasa con las principales cartas del país ahora que, algunos, deben afrontar cambio de divisiones?
“Para nosotros, y en relación con el Mundial, nos han tenido en cuenta en las siembras de dos divisiones: Yuberjen Martínez quedó en los 52 kilogramos (antes competía en los 49), como tercero del mundo, mientras que Cristian Salcedo también figura de tercero en los 91. Eso les permite no combatir en las primeras fases del torneo. Céiber Ávila, igual ya hace tránsito de los 52 a los 56. Igual, todos los muchachos que llegaron con posibilidades de pelear y llegar lo más lejos posible. Tenemos la mentalidad de ganar”.
Usted dice que el tiempo es muy limitado, también para el torneo preolímpico que definirá quienes irán a Juegos (Buenos Aires, 11-20 de marzo), ¿cómo está el tema de la escogencia, vemos que ha ampliado el espectro con nuevos boxeadores?
“Hay un equipo básico con el que hemos trabajado, los que están aquí en Rusia y los que actuaron en Juegos Panamericanos; sin embargo, aspiro incluir cerca de diez púgiles más que nos puedan apoyar y del que podamos sacar lo mejor. La escogencia, igualmente, dependerá de cómo estemos en cada una de las divisiones en las que aspiramos competir. El tiempo es limitado pues la concentración llegará hasta diciembre 20 y retornará el 5 de enero. Ojalá nuestros muchachos no pierdan el ritmo de preparación en ese lapso cuando estarán desafectados por el tema de fin de año”.
“Volados de peso” es una frase común en el boxeo y en especial en Colombia. ¿Usted le teme a que los boxeadores se pasen del peso pensando en ese periodo que no tendrá el control sobre ellos o los conoce lo suficiente ya para confiar en que han cambiado de mentalidad y saben cuidarse solitos sin la presencia del entrenador?
“Nunca se deja de conocer a los boxeadores. Los nuestros, como se sabe, llegan de estratos 1 y 2 y con escasa preparación en muchos temas de la vida. Y, aunque hay que señalar que se ha ganado mucho y se les inculca el tema de la educación para que se integren, de la mejor forma posible, a la sociedad, aún hay terreno por recorrer. Llegaron en 0% y hoy presentan un 50% de mejoría. Es un trabajo continuo que nunca debe parar, queremos hacer mejores ciudadanos”.
Esas concentraciones tan largas propician, muchas veces, situaciones como esas de exceso de peso por descuido en la dieta, rumbas y falta de trabajo físico, ¿seguimos dependiendo de entrenadores que están encima de los deportistas como si fueran niños y se la pasan de irresponsables?
“Aquí se necesita respaldo de familia y entrenadores de base. Se trabaja en un proyecto serio y no se puede tirar por la borda. Muchos, cuando regresan a sus casas, se desordenan; los técnicos no los van a buscar para controlarles, por lo menos, el peso. Es un tema complicado, se ha mejorado, pero considero que hace falta más compromiso”.
Entonces, desde su posición de entrenador principal (seleccionador) ¿cómo atacar esto para evitar, por ejemplo, actos contra la disciplina, como alguno que ocurrió en los pasados Juegos de Lima?
“Creo que, tal como ocurre en Cuba, ahora que Colombia tiene Ministerio del Deporte, las cosas pueden progresar ostensiblemente, se deben facilitar los medios para una mejor comunicación con entrenadores y familiares pues, aún hoy, muchas cosas se escapan de nuestras manos”.
Pero, indudablemente, hay mejoría en todos los niveles, sino estaríamos postrados y no tendríamos resultados tan positivos como los de los recientes años...
“Claro que sí. Tenemos un presente y un futuro asegurado gracias a que, a través de Coldeportes, el COC y la Federación, ha habido gran respaldo en temas como alimentación, concentración, competencias, fogueo internacional, preparación y educación de los deportistas. La idea sigue intacta en la formación de valores” .