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Perseverante, exigente y perfeccionista, así define Astrid Acevedo a su hija Catalina Fajardo, el diamante que Antioquia y la Selección Colombia pulen con el fin de convertirla en campeona mundial de patinaje artístico.
“Catalina abandona lo que sea por los patines”, afirma. Y que desde los ocho años cuando empezó en este deporte por recomendación médica, pues presentaba un problema en los pies que le impedían caminar correctamente, no ha soltado los patines.
Desde entonces su vida va sobre ruedas, superó el problema ortopédico y se enamoró de un deporte que le ha permitido, entre otras cosas, viajar a países como España, Italia y Paraguay, donde ha brillado con su talento.
“Ella nació para el patinaje, es sino verla en competencia, claro que mientras ella disfruta yo rezo, porque no he podido dejar de sentir nervios en cada presentación”, sostiene Astrid.
Susto que se convierte en orgullo y lágrimas de emoción cuando ve al público de pie aplaudiendo a Catalina.
Siempre la acompaña a las concentraciones, por eso está con ella en Cali, donde busca un lugar en el equipo nacional que disputará el Mundial en septiembre próximo. Esa es su nueva meta.
“Lleva casi dos años entrenando y pensando solo en el Mundial, estoy segura que le va a ir muy bien y que vamos a celebrar con su desempeño”, dice la orgullosa mamá.
La joven, por su parte, sostiene que cada día se exige más, a las 5:30 a.m. ya está alistando todo para su entrenamiento, son seis horas diarias divididas en dos jornadas, en la mañana las rutinas de libre y figuras y en la noche el trabajo de pareja con Sebastián Lemus, un bogotano que se trasladó para Medellín hace un año para perfeccionar la rutina de parejas con Catalina.
“Los dos son patinadores jóvenes y tienen mucho talento, llevamos un proceso que está dando frutos antes de lo esperado, pero vamos por buen camino”, dijo Leonard Lienhard, entrenador de la Selección Colombia.
Y como Catalina es exigente y no le deja su futuro a la suerte, ya empezó a trabajar en la corrección de los errores que cometió en el pasado Suramericano en Paraguay.
“Tengo claro donde fallé y no voy a volver a cometer los mismos errores, tengo mis sueños y mis metas puestas en ser campeona mundial y lo voy a lograr”, sostuvo la joven deportista.
Su mamá en medio de risas recuerda que “ella es exigente y se cuestiona cuando las cosas no le salen como lo ha planeado. Yo le digo que se relaje, pero no es posible, ella siempre quiere ser la mejor y estar más arriba”.