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Ceder el reinado del salto triple mundial en 2017, tras 4 años en la cúspide, no lo toman como fracaso. Al contrario, dicen que es un reto para saber de qué están hechos.
Esta madrugada, Caterine Ibargüen, bajo la dirección del cubano Ubaldo Duany, comenzaba, en Shanghái, su sexta temporada en la Liga Diamante con el claro objetivo de dejar huella en una modalidad en la que vienen apareciendo rivales de peso, como la venezolana Yulimar Rojas que, con 22 años, ya es campeona del mundo en eventos al aire libre y pista cubierta.
Pero el dúo Ibargüen-Duany, aunque respeta a sus demás contendores, recalca que la mayor exigencia se la ponen ellos mismos.
“Caterine es muy competitiva, le gusta tener siempre buenos resultados. Trabaja fuerte, sacrificando muchas cosas, porque en su mente está ser la mejor. Tiene 34 años de edad, pero está fuerte para seguir brillando, y sabemos que, con una muy buena planificación, sumado a sus virtudes físicas y mentales, lo puede hacer”, cuenta Duany.
Después de la cita en Shanghái, la antioqueña se alistará para la parada de la Liga en Oslo, Noruega, el 7 de junio. “El nivel del salto triple ha aumentado muchísimo, eso me motiva e inspira para levantarme cada día en busca de mejorar mi rendimiento”, señala Caterine.
También estará en las reuniones de París (30 de junio), Rabat (13 de julio) y en la final en Zúrich (30 de agosto).
La paisa hizo su debut de temporada el 28 de abril en Medellín, donde triunfó con marca de 14.54 metros.