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A Darwin Meneses lo identifican como el pequeño gigante de la delegación colombiana que compite en los Juegos Suramericanos Escolares en Cochabamba, Bolivia.
Tiene solo 13 años, pero con su 1.86 de estatura y figura compulenta podría alardear de mayor edad.
Para el metodólogo Andrés Marín, de Coldeportes Nacional, Darwin, quien nació en el corregimiento de El Pilón, en el municipio de Mercaderes (Cauca), en límites con Nariño, es un prodigio del atletismo. “Posee un talento innato”.
Palabras que cobran relevancia al saber en cuatro meses, tras sus incursión en el atletismo, ya causa sensación en la modalidad de impulsión de bala.
Su primera competencia fue en Santander de Quilichao: el selectivo para la Final Nacional de Supérate en Cali, esta última cita en la que logró su clasificación al certamen de Bolivia al quedar campeón con una marca de 13.07 metros.
“Yo soy el más alto de mi familia; debe ser porque como mucha mazamorra”, dice mientras ríe el deportista, quien hoy, en el estadio municipal de Quillacollo, espera ser el mejor de su competencia.
“Mi familia me apoya. Mi mamá me dice que es muy bueno que practique deporte porque eso me impide buscar malos vicios”, contó el niño de grandes y fuertes brazos, quien confiesa que montar por primera vez en avión le causó algo de susto, y también bastante felicidad.
“Antes no sabía que existía este deporte, ahora sé que me falta todavía agarrar técnica. Igual noto que por los entrenamientos soy más fuerte, mi cuerpo ha cambiado. Ojalá me pueda llevar la medalla de oro y después ganarme una olímpica”, relata lleno de entusiasmo el deportista, quien en Bolivia, y ante diez rivales de Ecuador, Uruguay, Argentina, Brasil, Chile, Surinam y el elenco local, empieza a recorrer su camino deportivo internacional .