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Si usted es de los que disfruta volando y tiene valor para hacer piruetas en el aire, la gimnasia de trampolín podría llevarlo al alto rendimiento, inclusive a incursionar en el proceso olímpico.
Esta modalidad no es tan exigente como la artística, en la que la flexibilidad y la preparación física son determinantes, pero sí requiere de mucha disciplina.
“Es más recreativa”, dice el entrenador español José Miguel Cantos, vinculado a la Liga de Antioquia, y quien se encuentra en Odense, Dinamarca, dirigiendo al equipo colombiano en el Mundial de la especialidad.
El trampolín incursionó en los Juegos Olímpicos desde Sydney-2000, pero en Colombia poco se conocía. El presidente de la Federación, Juan Medina, cuenta que el punto de partida se dio en 2010 cuando Bogotá fue subsede de los Juegos Centroamericanos y del Caribe.
Tres años después llegó el entrenador Campos que, junto a los hermanos Ángel y Katish Hernández, y Álvaro Calero, le han dado realce a este deporte. Se nacionalizaron y hoy en día representan al país.
Las primeras cámaras elásticas se adquirieron gracias a un convenio con la federación brasileña en 2008, luego quedaron las de los Centroamericanos y después las de los Juegos Mundiales de Cali.
En la actualidad, las ligas de Antioquia, Bogotá, Valle, Atlántico, Santander, Boyacá, Meta y Cundinamarca tienen grupos organizados.
Los títulos suramericanos conseguidos recientemente por los hermanos Ángel y Calero en Bogotá le dieron un nuevo impulso a esta disciplina en un país donde, asegura el entrenador Campos, hay potencial por el biotipo de la gente que es “explosiva, fuerte y ubicada”.