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Eléider y La Oración que agita su espíritu guerrero

El nuevo campeón mundial es más que un púgil que tira y aguanta golpes. Una energía adicional le brinda confianza y le permite gozar todos sus momentos.

  • Eléider luce orgulloso el cinturón de campeón mundial que reconoce la WBO -Organización Mundial de Boxeo-. En menos de dos semanas estará en Colombia para celebrar en Urabá. FOTO AFP
    Eléider luce orgulloso el cinturón de campeón mundial que reconoce la WBO -Organización Mundial de Boxeo-. En menos de dos semanas estará en Colombia para celebrar en Urabá. FOTO AFP
07 de agosto de 2018
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Tenía tanta seguridad de que al final de la noche del sábado pasado sería campeón mundial que, días antes, había señalado, en “voz baja” a EL COLOMBIANO: “no me conocen, les voy a mostrar quién soy yo”, haciendo alusión a, primero, al mínimo mercado internacional que tiene en Estados Unidos y, segundo, a quienes le tildan de que sus puños no pesan.

“Eso sí, no lo vas a publicar porque termino como un sobrador y, de hecho, no lo soy, porque respeto mucho esta profesión y a quienes la practican”, confesó en diálogo telefónico.

Pero lo más sorprendente para él, en esa seguridad que maneja desde que comenzó a practicar el boxeo, es que se imaginaba de todo, se veía noqueando al campeón Sergey Kovalev, saltando de la dicha y ciñendo el fajín de monarca, menos que del ring, ubicado en el salón Etess Arena, del nuevo Hard Rock Hotel & Casino de Atlantic City, inaugurado dos meses atrás, se fuera a bajar con dos cinturones.

Premiado

“Para mí fue una sorpresa gigante. En vez de uno gané dos títulos”, señala Eléider, dos días después de protagonizar la más importante presentación de un boxeador colombiano en las divisiones superiores, solo comparada con momentos de gloria ofrecidos por Antonio Cervantes -Kid Pambelé-, Rodrigo Valdés -Rocky-, Miguel Happy Lora, Fidel Bassa o los aficionados Miguel Máscara Maturana -único campeón mundial en esta rama-, Eliécer Julio o Yuberjen Martínez -olímpicos-.

De ese escenario en Nueva Jersey, antes Taj Mahal Hotel & Casino Resort, un emblemático lugar fundado por Donald Trump, actual presidente de Estados Unidos, en 1990, y considerado por él como “la octava maravilla” del mundo y escenario de grandes peleas con fulgurantes estrellas, clausurado en 2014 al entrar en bancarrota, el antioqueño oriundo de Puerto Girón, Apartadó, salió exhibiendo no solo el cinturón WBO -Organización Mundial de Boxeo-sino el de la AIB -Asociación Internacional de Boxeo-, una quinta entidad que promueve el pugilismo y que se unió al reconocimiento a Eléider.

“Estaba convencido de que me bajaría con el fajín pero con dos nada. Y vea, en vez de uno bueno son dos. Ahora sí, les demostré quién soy yo”.

Y aunque su récord habla de 12 nocauts en 24 combates (50% de efectividad), que pareciera corto para un campeón de esta división que necesita de una buena pegada, sí dejó claro que, en cualquier momento puede explotar alguna de sus manos en los rivales y dejarlos tendidos en la lona, como sucedió con el ruso.

Una energía especial

Eléider dice que es una bendición de Dios, pues ha tenido que pasar por buenos y malos momentos que, justamente, en cada pelea trata de recordar para evitar “olvidarlos”. Los revitaliza con una férrea disciplina, como asegura su hermana Vilma, y con música, en la que intentó ser cantante vallenato.

¿Qué era todo lo que hablaba cuando salió del camerino rumbo al ring... vociferaba contra el rival, se daba aliento, cantaba el Himno?

Pues no, nada de eso. Simplemente tarareaba una canción que ha sido como su himno de batalla, de fortaleza y de agradecimiento.

Es “La Oración”, un regué que lo inspira, cuenta.

“Oh Dios mío que usted todo lo ve/ gracias le doy por mantenerme de pie;/ y a mi familia también/ y a mis amigos también”, se le escucha nítido, a través de la línea telefónica, en esa voz que cultivó cuando quiso ser cantante. Y la entona como un típico danzón latino, muy rapero quizás.

“A mi Dios Poderoso/ usted que todo lo ve/ yo doblo mis rodillas/ y solamente en Usted pongo la fe./ Leo la Biblia cuando tengo y no tengo na’ que hacer/ y solo Usted sabe el sufrimiento que pasé”, continúa.

“Dele agua al niño que tiene sed/ y bendiciones a los que descargan mis canciones en la web./ Si me dicen bendición de una vez yo digo amén/.

“Si no fuera por mi Dios aquí yo no estaría/ Él no quiere verme ser/ y hoy quiere que yo me ría/... Yo me conformo con el pan de cada día/ y también le pido que me ayude cuando “aiga” sequía/ porque sé que la fama no dura para siempre/ mantengo humilde pa’ caerle bien a la gente/”.

Interrumpe para hacer hincapié en algo: “Es una hermosa interpretación de Boys C (Luis Domingo Williams, panameño) que refleja la historia de mi vida, todo, todo, por eso siempre la canto cada vez que voy camino al ring. Es una forma de agradecerle a Dios que me ha dado todo, por mi vieja (Aida, ya fallecida), mi familia, mi gente, mi boxeo”.

2
monarcas podrían unificar sus títulos de 175: Eléider (WBO) y Dmitry Bivol Bivol (WBA).

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