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Debido a un problema con un entrenador de la Liga Antioqueña de Arquería, que no le llevó la indumentaria necesaria a los Juegos Nacionales de 2015 por “hacerlo quedar mal”, Daniel Muñoz decidió desligarse de Antioquia y emigrar a Bolívar.
Dueño de seis medallas nacionales, decidió quejarse ante las autoridades de la misma jerarca. Dice que lo amenazaron con sancionarlo si sostenía esa actitud. Todo esto provocó la deserción de uno de los 27 deportistas que han buscado suerte en otros departamentos, al menos durante la actual administración de Indeportes.
Muñoz agrega que en la anterior gerencia se les incumplió con los pagos ofrecidos por logros en los Nacionales. “Normalmente todos apelan a la misma excusa, que no hay plata, y por eso no pagan”.
Una situación similar vive Lévinson Palomeque, un levantador de pesas que dejó Antioquia con el dolor en alma, puesto que acá está su familia, pero no su futuro.
Como lo afirma, “las vainas” no están bien desde hace algunos años en cuanto al trato que se les viene dando a los deportistas y los pocos incentivos que se les otorga. “Yo fui tercero en un Mundial juvenil (Perú-2013) y pasé a ganar $600.000, mientras gente sin tantos logros ganaba más”. Y ¿dónde estaba la tabla de méritos? se preguntaba. “Además, se demoran mucho para pagar y, puede que lo hagan a los tres meses pero eso ya es incumplir”.
Antioquia tiene entre sus beneficios para los deportistas de élite o alto rendimiento un salario base, un incentivo, alimentación y parte de la educación, como lo explica el gerente de Indeportes, Hernán Elejalde. Sin embargo, ante la falta de certeza en el manejo de estos dineros, los protagonistas se dejan tentar por otros departamentos.
Entre esos, Bolívar se llevó 15 de los 27 “migrantes” (ver lista) y Valle del Cauca, 7 que les abrieron puertas para salir de la incertidumbre.
Un ejemplo es Érica Castaño, atleta paralímpica que se cansó de esperar que se fijaran en este tipo de deportistas.
“En Antioquia no hay nada para los paralímpicos, lo más humillante fue ver cómo no hubo reconocimiento después de Río, mientras en otros lugares se les hizo el homenaje debido”, comenta Erica.
Esta deportista también dice que en el Valle del Cauca les ofrecen un salario básico, ayudan con la salud, educación, alimentación y que no los dejan en el limbo.
Incluso, se les ofrece incentivos más altos y hasta, en algunos lados, colaboración con la vivienda.
Ante esta situación, el gerente de Indeportes responde que es complicado igualar. “Contra eso no vamos a competir. No vamos a entrar en ese mercadeo de profesionalización, porque estamos hablando de deporte aficionado y lo que se les entrega es un apoyo”.
No obstante, en el ideal de estas figuras está que el deporte es su actividad profesional, viven de ello, por lo que se mudan al lugar que se sienten más cómodos porque, al fin y al cabo, es su sustento.
Así como se fueron 27, en este año y medio han llegado 20 nombres a nutrir las filas del departamento, alguno de ellos, con cierto recorrido, como Martha Bayona (ciclismo de pista), Laura Plazas y María José Rodríguez (bolos).
Esgrima fue la disciplina que más se reforzó, con nueve protagonistas. Cinco de los 20 provienen de Venezuela.
Con todos estos condimentos se compromete el futuro de los resultados, puesto que lo que más amenazado se ve es el palmarés para poder lograr el título de los Juegos Nacionales de 2019.
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