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La constancia pone a volar alto a Mafe Murillo

  • El 21 de enero de 2017, Murillo cumplirá 18 años. Es la gran realidad del salto alto en Colombia y Suramérica. FOTO MANUEL SALDARRIAGA
    El 21 de enero de 2017, Murillo cumplirá 18 años. Es la gran realidad del salto alto en Colombia y Suramérica. FOTO MANUEL SALDARRIAGA
20 de noviembre de 2016
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En la memoria de María Fernanda Murillo aún está presente el momento que, en medio de besos, consejos y lágrimas mezcladas de alegría y nostalgia, se despidió de su familia en su natal Turbo.

La joven de tez trigueña, flaquita, de brazos y piernas largas, tenía 14 de edad cuando, acompañada de una maleta, arribó a Medellín.

“Fue duro dejar a mis padres y tres hermanos, y más al llegar a una ciudad donde no conocía nada, pero la oportunidad que me brindaron en el atletismo, un deporte con el que siempre he soñado con cosas grandes, no la podía desaprovechar”.

Tres años después, la hija de Medardo, comerciante, y Rosa María, docente, empieza a ver reflejado, con triunfos, su sacrificio. De hecho, gracias a sus condiciones, Postobón no dudó en incluirla en su programa Talentos.

Cuando se le pregunta qué siente al ser hoy la mejor atleta de salto de altura de Colombia en mayores, y de Suramérica en sub-18, de inmediato, y sacando una inevitable sonrisa, hace la corrección.

“Cuidado, no soy la mejor, soy la menos mala”, respuesta que le inculcó su entrenadora, la cubana Regla Sandrino, para que no se confíe pese a los buenos resultados y continúe buscando la superación.

Hace ocho días, en el Suramericano en Concordia, Argentina, evidenció sus progresos al mejorar la marca nacional de menores -la tenía ella en 1.85 metros- e igualar la del área -1.85- que permaneció intocable, por 33 años y en poder de la brasileña María Orlane Lima Da Silva.

“Y eso que el 1.90 se me escapó por poquito. Ya había pasado el cuerpo, pero el talón rozó la barra y esta cayó al piso. Quedé tranquila, sé que puedo escalar más”, dice María Fernanda, la mujer que como la describe Sandrino, parece tímida e introvertida, aunque en la competencia su destreza y habilidad hablan por ella.

“Como persona y estudiante es excelente, como atleta va a llegar lejos. Podemos esperar más porque es comprometida”, indica la profesora cubana, a quien no le importa, debido a los estudios que cursa la atleta, tenerse que adaptar a los horarios de esta.

“Es un talento y no podemos permitir que se pierda, por eso me acomodo a sus horarios para que pueda rendir en sus dos funciones”, agrega.

Esta semana, tras regresar de Argentina, Murillo entrenó una vez. “No debo descuidar mis estudios, hasta en Argentina me la pasaba repasando. Si pierdo una materia, también pierdo el apoyo con Postobón, y mis padres no tienen cómo sostenerme. Además quiero tener una profesión”.

La estudiante de cuarto semestre de la Remington indica que en el deporte su meta, a corto plazo, es ir al Mundial de Londres-2017, y a largo, dejar huella en Olímpicos.

“Confieso que muchas veces, en medio de la soledad, lloré y quise dejar todo para reencontrarme con mis seres queridos, pero ha pesado más el amor por el deporte”, dice María Fernanda, quien ahora tiene entre ceja y ceja la marca absoluta de salto alto en Colombia y que la posee Caterine Ibargüen, en 1.93 metros desde el 2005.

“Como Caterine también deseo dejar huella. Como me lo ha enseñado la profe Regla, el secreto para lograrlo es la constancia”.

Un valor que en medio de la soledad fortaleció a María Fernanda para coger vuelo en una modalidad en la que las marcas empezarán a temblar cada vez que salte a la pista.

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