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“Mi vida no tiene sentido sin el sonido de los motores”. Así describe Felipe Gallón su pasión por los deportes como las motos, pero principalmente las “cuatri”, como él les dice.
Creció montando en uno de estos aparatos. A los cuatro años ya aceleraba haciendo recorridos cerca de su vivienda.
Ni siquiera un fuerte golpe que sufrió, a finales de octubre pasado cuando entrenaba, le hizo frenar su ímpetu de estar sobre una cuatrimoto. Los vestigios de una lesión de cadera y cuello, le pasaron al mes y medio, cuando volvió a estar en las válidas programadas por la Federación Colombiana de Motociclismo.
“Mi vida ha girado en torno a las cuatrimotos, es la modalidad que más me llama la atención. Desde los 14 años -hoy tiene 18-, las monto, pero solo hace dos y medio, lo hago a nivel competitivo”, dice Gallón, tercero, el semestre pasado, en el Campeonato Nacional, primero que se hacía en el país.
Esta modalidad hace parte de los torneos nacionales de motocrós desde el año pasado, cuando se superó el primer año del experimento (2016).
El pasado fin de semana se hizo la primera válida en Pereira y Antioquia dominó siete de las catorce categorías que se cumplieron y una fue precisamente la de cuatrimotos.
Compañeros como Mauricio Ángel, quien terminó en camilla por un accidente, ve en Gallón a un corredor con mucho futuro, a pesar del poco tiempo que lleva compitiendo.
“Es un gran deportista, con muchas condiciones y puede conseguir varios títulos para Antioquia, como la ha hecho Carlos Daza, nuestro actual campeón”.
“Pienso que comencé muy bien el año, ganar la primera válida es una sensación muy linda. Esta temporada vamos con toda por el título, la idea es ser campeones. Antioquia tiene un grupo muy bueno de competidores”, señala Gallón, mientras respira un poco agitado, porque apenas termina de entrenar.
“Soy muy dedicado a mi deporte y no me queda tiempo para nada, no me gusta rumbear, prefiero compartir con mis amigos cercanos, jugando play, comiendo, pero en ambientes tranquilos”.
Disfrutar y correr en una pista le hacen feliz. “Estar sobre una cuatrimoto te entrega una sensación muy extraña. Para mí es la máxima felicidad, me hace olvidar de todo, solo soy yo y la moto”.