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Los Valencia Vélez, una familia con buen swing

Catalina, su esposo León Darío y sus cuatro hijos se dejaron seducir por el golf. Pablo, el mayor, es campeón nacional.

  • Daniel, León Darío, Catalina, Pablo, David y Mateo. FOTO DONALDO ZULUAGA
    Daniel, León Darío, Catalina, Pablo, David y Mateo. FOTO DONALDO ZULUAGA
22 de noviembre de 2015
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El golf más que un deporte es un estilo de vida para la familia Valencia Vélez. Y es que desde que Catalina Vélez le dio el sí en el altar a León Darío Valencia ambos se trazaron como meta tener una familia en la que los valores y la comunicación fueran la base de su hogar. Y lo han logrado.

Esta pareja ha tenido un gran aliado que los apasionó y que se convirtió en el eje de su casa, el golf. Este deporte corre por las venas de sus seis integrantes, conformando un gran equipo dentro y fuera del campo.

Aunque en principio Catalina no jugaba, siempre acompañaba a su esposo al campo y durante los torneos compartía con las esposas de los otros jugadores, hasta que un día tomó la decisión de entrenar.

De eso no hace mucho, tan solo ocho años, pero en ese tiempo, la reina de la casa, encontró en esta disciplina el complemento ideal para formar a sus cuatro hijos con principios, valores y actitudes que les sirven tanto para la vida como para el deporte.

León, por su parte, ya lleva 40 años dedicados a esta disciplina deportiva y a la pesca, la otra pasión de la familia y junto a Catalina trabaja cada día para fortalecer en sus hijos principios como el respeto, honestidad y responsabilidad.

La herencia
Con la llegada de Pablo, su primer hijo, también aparecieron los palos de plástico con los que el pequeño, desde los dos años, jugaba golfito en casa.

Así fue creciendo un amor que se convirtió en pasión y que en la actualidad lo llevaron a coronarse en el campeón nacional infantil, título que alcanzó en Bogotá en septiembre pasado.

Pero no fue el único, luego llegaron David (hoy de 13 años), Daniel (12 años) y Mateo (10 años), quienes también se dejaron enamorar de esta especialidad, viendo el ejemplo de sus padres, quienes entrenan en semana y los acompañan en los torneos de fin de semana.

“Lo que más me gusta de este deporte es que mis hijos, mientras lo practican, se forman gracias a la concentración, coordinación, perseverancia y disciplina”, argumenta la orgullosa madre, quien hace un alto en la conversación para resaltar el amor que todos tienen por la pesca.

“Vamos a Bahía Solano con los niños para disfrutar del mar. Yo pescaba con mi padre desde muy niña y con León tenemos ese hobbie que también heredaron los niños y es algo que disfrutamos mucho en vacaciones o cada que tenemos oportunidad de hacerlo”, resaltó.

Otro de los beneficios que esta familia resalta del golf es el fortalecimiento mental: “cuando practicas, aprendes a manejar las emociones y la mente para que no te jueguen malas pasadas mientras estás en el campo y eso que siento es vital para la vida, porque nada es plano y cada día tiene altibajos que cada persona debe aprender a superar para ser feliz”, concluye Catalina.

Como en toda familia, los Valencia Vélez tienen al chico riguroso (Pablo), el dulce y amoroso (Daniel ), el tranquilo (Mateo) y David, a quien le fascina la gastronomía y además pasó por fútbol, tenis, béisbol hasta que se decidió por el golf.

Catalina, arquitecta de profesión, se siente feliz y orgullosa de la familia que ha edificado con su esposo y sueña con que sus hijos sean felices, ya sea jugando golf o haciendo lo que cada uno quiera para su futuro. Pero sobre todo está orgullosa de formar hombres educados, disciplinados y felices.

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