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Campeones en el agua y el teatro
Integrantes de las cuatro selecciones de hockey subacuático presentaron obra para recaudar dinero y viajar.
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La obra de los integrantes de la Seleccion Colombia de hockey también será presentada en Moravia este 23 de junio, gracias al apoyo de Comfama. FOTOs manuel saldarriaga -
El equipo sub-23 realizó la coreografía de guerreros en la que combinaron danza, expresión corporal y canto. -
Las chicas sub-23 representaron el renacer del equipo tras estar en la gloria y caer abatidas. -
Actuación, danza y canto se mezclaron en el teatro Fundadores de la Eafit para darle vida a Somos.
16 de junio de 2017
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Los casi 32 grados que se transpiran en el camerino contrastan con el aguacero que acompaña la noche fría en Medellín. En medio de decenas de cuerpos pintados, rostros maquillados, lentejuelas y luces, el reloj corre de manera desenfrenada, acelerando aún más el corazón de quienes salen a jugar el “partido” que nunca habían disputado, esta vez fuera del agua: la obra de teatro Somos.
Ellos, integrantes de las selecciones de hockey subacuático, con su torso desnudo y marcados como guerreros de épicas batallas, se dan ánimo y suerte. Ellas, con sus trajes, peinados y maquillaje de estrellas de cine luchan por un lugar frente al espejo de dos metros de alto con 30 cm de ancho, intentando un último retoque.
En la puerta, Daniela Posada, la manager del grupo, ve pasar una a una a sus compañeras. La idea es que todo salga bien, que todas se vean estupendas, pues están a dos minutos de salir al tablado para presentar las escenas que han preparado durante cuatro meses.
Mientras cruzan hacia el escenario, en la mente de Daniela una cascada de imágenes le pasa en forma rauda: los primeros ensayos, las risas, las repeticiones, las caídas, los olvidos del libreto y el temor de no hacerlo bien. Todo queda atrás al escuchar la voz de Felipe Díaz, quien las invita a salir. “Suerte chicos, ¡al escenario!”. Él es el entrenador y uno de los creadores del libreto que exhibirán.
El último abrazo y, a media voz, el grito de batalla: “¡Colombia, Colombia, Colombia!”. Se abre el telón y la primera en aparecer es Catalina Alzate, quien interpreta con su violín la Leyenda del beso.
Las chicas sub-19, vestidas de negro, realizan su coreografía de luces y sombras, y luego los sub-23 y los sub-19 entran a escena con un canto de guerreros. Ellos, haciendo caso omiso a las risas de los asistentes, por su interpretación corporal, mantienen su performance de luchadores -tipo haka, un ritual para motivarse- hasta el final.
Luego, la danza corresponde al equipo femenino sub-23 que desarrolla la historia de un grupo que, después de tocar la gloria, cae y luego, en un resurgir, vuelve a lo más alto. En la escena se reflejan sentimientos de alegría, dolor, tristeza, esperanza y pujanza.
Al final de la presentación los asistentes se levantan y con aplausos corresponden a la entrega de los actores. Andrés García, otro de los entrenadores, se dirige al público y presenta a cada uno de los grupos: “Señoras y señores, gracias por apoyar el arte y el deporte. Se despiden de ustedes los próximos campeones mundiales” .
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de julio arranca el Mundial de hockey en Australia, que va hasta el 27 de ese mes.
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