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Hace solo 11 días, luego de levantar 301 kilos (131 en arranque y 170 en envión), Francisco Mosquera se dejó caer de rodillas a la plataforma, alzó la mirada al cielo y agradeció a Dios por su retorno triunfal a la competencia.
Con su dedo índice apuntó a la tribuna del coliseo en Santa Marta, sede de los Juegos Bolivarianos, y le dedicó el triunfo a su hijo Frank Alexander, de 3 años de edad, y a su esposa Ivana Marcela Pérez.
“Fue un momento especial, emotivo”, rememoró ayer desde Anaheim, Estados Unidos, el pesista antioqueño que llevaba 15 meses sin competir debido a una lesión de la rodilla izquierda que lo sacó de los Juegos Olímpicos de Río-2016 y por la que tuvo que ser intervenido quirúrgicamente.
Hoy, en suelo norteamericano, con el recuerdo de su pequeño Frank y su amada, y el deseo de continuar agrandando su palmarés, Pacho, como es conocido, buscará entregarle una nueva medalla a Colombia en la división de los 62 kilogramos del Mundial de mayores de halterofilia.
Hace dos años, en la cita realizada en Houston, fue plata (140-175-315), mientras que el vallecaucano Óscar Figueroa, campeón olímpico en Río y ausente esta vez en Anaheim, fue bronce con los mismos kilos levantados por su colega, pero este último con mayor peso corporal (61.50 vs. 61.87).
Estos privilegios se dieron tras la descalificación, por dopaje, del coreano Kim Un Guk y el azerbaiyano Valentin Hristov, segundo y tercero, en su orden.
En charla con EL COLOMBIANO, Pacho habla sobre las expectativas de volverse a subir a un podio mundial.
¿De dónde radica su confianza para dejar huella?
“Aunque estuve incapacitado nunca sentí que me fui mentalmente. En Bolivarianos, además de ganar, me sentí estable y fuerte, de ahí nace mi motivación para lograr otra presea mundial, lo vengo soñando desde hace buen tiempo”.
Da a entender que su problema físico ya quedó en
el pasado...
“Sí, con esa presentación en Santa Marta les respondí a Dios, al profe (Oswaldo Pinilla), Coldeportes, Iderbol (Instituto Departamental de Deportes y Recreación de Bolívar), como a todas las personas que me apoyaron y creyeron en mí. Fue una recuperación exitosa, hasta antes de tiempo. No fue difícil ganar porque competí seguro en todo momento”.
¿Cuál fue el secreto de
su recuperación?
“El profesor Pinilla fue muy precavido. Nunca me llevó más allá del límite, siempre estuvo conmigo en los momentos difíciles”.
¿En algún momento pensó en retirarse del deporte?
“Jamás, pero sí pensé que el tiempo de recuperación iba a ser más largo por lo complicado de la lesión. Ahí Pinilla, además de ser entrenador, fue sicólogo y amigo. Mientras que Coldeportes e Iderbol siempre estuvieron firmes como los apoyos económicos”.
¿Cree que en Anaheim puede estar por encima de los 301 kilos que levantó en Santa Marta?
“La verdad, sí. Como siempre estoy para dar lo mejor hasta el último momento en la plataforma. Quiero recuperar mi marca (315 kilos). No sé si pueda llegar hasta allí, pero sé que puedo hacer cosas importantes en este deporte”.
¿Quiénes son sus rivales más fuertes en el presente Mundial?
“Aunque es bueno estudiarlos, esto no me gusta. Solo quiero montarme en la tarima y hacer mi trabajo. No tengo a ninguno referenciado. Estar aquí es como una bendición para mí. Ahora, con mayor confianza y alegría, seguiré luchando, trabajando fuerte, pues estoy direccionado hacia algo grande y que tiene por nombre Tokio-2020”. .