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Singular situación afronta el jugador colombiano, quien llegó
a Cincinatti en procura de un puesto y ahora le tocará esperar.
Dilson Herrera, el segunda base cartagenero, llegó a Cincinatti en procura de un puesto que le garantice su retorno a las Grandes Ligas del béisbol organizado después de jugar 2014 y 2015 con los Mets de Nueva York y ser enviado a sucursales de este club en 2016 antes de ser negociado con la organización de los Rojos.
El joven pelotero, próximo a cumplir 23 años el 3 de marzo, es quizás el colombiano que más cerca está de subir a la Gran Carpa este año y hacerles compañía a los consolidados lanzadores Julio Teherán (Bravos de Atlanta) y José Quintana (Medias Blancas de Chicago).
Sin embargo, hay un pequeño lunar. “No hay nada claro, solo me queda trabajar duro y dar lo mejor de mí para que las puertas se me abran; esto es de mucha dedicación, de trabajar duro en los entrenos y esperar”, señaló ayer Dilson en la cuenta de Twitter Las Mayores.
El infielder criollo pelea el puesto de segunda base con dos jugadores: el veterano Brandon Phillips (35 años) y quien devengará US14 millones esta temporada y el venezolano José Peraza.
Los Rojos, dice en su página, llevan tiempo tratando de canjear a Phillips, pero este “ejerció su derecho de negarse a un cambio”, rumbo a los Bravos, en la intención de canjearlo por dos lanzadores.
El manager Bryan Price había señalado el lunes que se inclinaba por el venezolano de 22 años a menos que tuviera un mal desempeño en la pretemporada. Viene de batear para .324 en 72 juegos, con tres jonrones y 25 impulsadas.
Mientras ello ocurra, se dificulta la presencia de Herrera, aunque el intermedista confía en que su trabajo en la pretemporada le permita hacerse al puesto.
“Todos queremos una oportunidad, esto es de esfuerzo y dedicación, de ser cada día mejores, espero que se me abran las puertas; soy optimista, sé que vienen mejores oportunidades”, agregó .