viernes
7 y 9
7 y 9
Estos días previos al Dakar son en los que sientes más ansiedad. Ya sabes que esto se vino. Entonces por tu mente corren esas ideas de que hay muchos detalles por afinar, cosas por empacar y no duermes bien.
Por otro lado, piensas que te medirás a tus ídolos y no lo crees. Aunque este será mi tercer Rally Dakar uno no aprende a manejar esos nervios.
El mes anterior a ese 2 de enero te has alimentado mejor, comes más, ingieres más líquido, has aumentado la carga de ejercicio. Todo lo que hagas acá será terreno que ganarás allá.
Lo anterior, esa preparación mental y física, es lo que te empuja a la línea de salida. Apenas aceleras la cuatrimoto, oyes el motor y sales de la meta, todos esos sufrimientos -que la plata del patrocinio no va a llegar, que debes sacar crédito en el banco- se esfuman y estás frente al destino.
Vas solo en tu moto. No tienes comunicación, tu única guía es la hoja de ruta y debes surcar las dunas del desierto chileno, los caminos áridos de Argentina o las montañas de 3.800 metros de altura de Bolivia. Esas últimas nos convienen por el terreno.
Por eso, debes ser muy estratégico y siempre seguir adelante, por más que el cuerpo te pide que tires la toalla en ciertas partes. Pero debes seguir porque no hay sensación más reconfortante que ver la meta, tras dos semanas de travesía que a veces se van rápido y a veces se van lento, y pensar que esta aventura vale la pena.
*Corredor colombiano .que estará en el Dakar-2017.