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Trabajo, amor y disciplina, las claves del éxito de Rogelio
A sus 75 años Rogelio González sigue disfrutando su pasión por el golf, deporte que le permitió conocer el mundo.
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“Ejemplo de vida y amor por el trabajo”, nombre de la conferencia que dicta Rogelio González. FOTO Manuel Saldarriaga
23 de octubre de 2016
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Para algunos es extrema confianza, para otros exigencia máxima y para Rogelio González Jaramillo tan solo su premisa de vida: “piensa en grande y serás grande”.
Así, con esa filosofía, este amante del golf que llegó, en 1953, siendo muy niño al club El Campestre buscando trabajo y que gracias a su dedicación se convirtió en caddie y luego entrenador, ha formado a los paisas más exitosos de esta disciplina en el mundo.
Su gran orgullo es Camilo Villegas, de quien afirma es su alumno más constante y obediente, nunca dudó que el paisa llegaría lejos con su talento, disciplina, concentración y orden.
Gracias al golf Rogelio conoció el mundo, se hizo amigo de grandes personalidades de la región y del país y sacó adelante a su familia. Basado siempre en las enseñanzas de su madre, Margarita Jaramillo, quien desde pequeño le inculcó la disciplina y la tenacidad.
Por eso con fortaleza y aferrado a sus convicciones sostiene que no dejará los campos, que a sus 75 años se siente con capacidad para seguir formando golfistas, que espera lleguen a lo más alto, pues para eso los forma.
En su vida no hay términos medios, y a todo lo que hace le imprime constancia, por eso este formador, criado en el barrio Los Naranjos de Envigado, además de entrenar a los socios y nuevas caras del golf en el club, también dedica tiempo para dictar conferencias, en las cuales sus vivencias y superación personal son la parte central.
“Siempre terminan llorando y me aplauden por todo lo que he logrado, sabiendo que salí de un hogar humilde y desde abajo pude forjar mi futuro”, dice González, quien mañana presentará en sociedad su biografía.
Libro en el que cuenta sus títulos, anécdotas y vivencias en los 60 años dedicado al golf, primero como caddie, luego como jugador, representando a Colombia en el mundo y luego como formador, actividad que lo apasiona.
Vida llena de historias
A los 15 años se erigió como profesional, formado por la escuela argentina, gracias a que en el país estaban 36 profesores de esta disciplina.
Afirma que la mejor universidad son “la calle, el hambre y la necesidad”, por ello lo suyo ha sido siempre la superación y ponerse nuevas metas. De ahí nació su pasión por ser técnico, pues luego de 35 años como jugador con títulos nacionales e internacionales, sintió que era el momento de asumir otro reto.
Por sus manos han pasado 22 jugadores profesionales, entre ellos, los hermanos Villegas (Camilo y Manuel), al igual que los Echavarría (Andrés y Nicolás); Mónica Tamayo (actual entrenadora de El Rodeo) y Óscar David Álvarez, quien está en el PGA Latinoamérica.
Al club El Campestre, le debe todo lo que tiene, lo que ha hecho y lo que ha vivido, fue nombrado como socio, mayor honor que le han efectuado y por ello afirma sin titubear que se siente hijo del club, al cual llega todos los días a las 7:00 a.m. para iniciar las jornadas que van hasta caer la tarde.
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