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En un país donde el deporte ocupa un escalón secundario para el Estado y la lucha por sobresalir muchas veces hay que darla de manera individual, se ha vuelto común ver atletas buscando gente solidaria que les permita cumplir sus metas.
En Colombia ha hecho carrera que deportistas que aún no pertenecen a la élite (altos logros), o estén en ese camino, tengan que acudir a los torneos con dineros de los padres de familia o financiados con rifas, fiestas o colectas virtuales y personales.
Por estos días se ha visto a dos karatecas con pancartas en los semáforos en busca de manos amigas para poder ir a un torneo suramericano.
La patinadora Luz Cristina Urrea y el club Hunters (fútbol americano) iniciaron colectas virtuales para asistir a competencias en Alemania y México (ver recuadros).
Mientras, integrantes de la Selección Antioquia masculina sub-21 de voleibol realizan ventas y rifas cantarillas (anotados en hojas de cuaderno) para ir al Nacional de Cali, pues el torneo no estaba en el presupuesto de la Liga que le da prioridad al equipo de mayores para Juegos Nacionales.
El viaje de 16 personas cuesta 15 millones de pesos y el dinero no alcanza, dicen. Los jugadores y cuerpo técnico que encabeza Hernán Osorio, conscientes del problema económico y al ver que muchos de ellos llevan dos años sin competir, decidieron buscar los recursos por su cuenta.
EL COLOMBIANO le preguntó a Hernán Elejalde, director de Indeportes Antioquia, sobre el presupuesto y dijo que para altos logros, este año es superior. “Y antes de Ley de Garantías hicimos convenios con las ligas que tienen reconocimiento. A karate le dimos 33 millones de pesos”.
El Comité Olímpico Colombiano (COC), preocupado con esta situación, acaba de enviar una circular a las federaciones en la que les pide no dar avales de participación indiscriminados, muchas veces sin tener en cuenta el nivel competitivo de los atletas.
Baltazar Medina, presidente del COC, agrega que independiente de las dificultades económicas, siempre tratan de que todas las delegaciones oficiales que tengan el aval de su entidad y de Coldeportes viajen con gastos pagos y bajo criterios técnicos definidos.
Otros factores influyen: la falta de gestión de ligas y federaciones y la indolencia del Estado. Ante esto, niños y jóvenes, con ganas de progreso, se las ingenian para cumplir sus metas.