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A punta de corazón y apegadas a la superación personal, las integrantes de la Selección de Colombia femenina ratificaron en 2014 que los procesos son sinónimo de buenos resultados.
“La unidad, el trabajo en grupo y el compromiso son nuestras claves; es cierto que nos toca una labor exigente, pero cuando uno se esfuerza llega la recompensa”.
Ese premio al cual hace alusión la arquera Sandra Sepúlveda tiene que ver con la segunda clasificación consecutiva para el Mundial de mayores, Juegos Panamericanos (ambos en Canadá este año) y Juegos Olímpicos de Río de Janeiro-2016.
Ese privilegio se debe, según el técnico Felipe Taborda a la “unión de fuerzas determinante para crecer”, porque con el cupo alcanzado en la Copa América de Ecuador-2014 (fueron segundas), las chicas colombianas acumulan seis clasificaciones mundialistas en siete años de proceso.