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A sus 23 años, María Daniela Pérez tuvo el pasado domingo 11 de marzo su primera experiencia con la democracia. En los 10 años que estuvo en el frente 18 de la otrora guerrilla de las Farc, nunca tuvo la oportunidad de participar en una jornada electoral. Sin embargo, asegura que ese día le dejó un sabor agridulce.
“Llegar como cualquier ciudadano a votar, elegir a conciencia a la persona o partido de manera libre fue algo muy positivo, esto fue por lo que siempre luchamos y que ahora tenemos”, dice Daniela, quien también tuvo que desempeñarse como testigo electoral en el municipio de Ituango durante las pasadas elecciones.
Precisamente ese rol que le tocó desempeñar la hizo caer en la dura realidad electoral que vivió el nuevo partido político Farc: “mientras se contaban los votos, me di cuenta que habían sido muy pocos para nuestro partido, eso no me hizo sentir bien”, afirmó la excombatiente.
Para el Senado de la República, Farc obtuvo un total de 52.532 votos en todo el país, mientras que para la Cámara de Representantes fueron 32.636. Como consecuencia de esto, y sin contar con las 10 curules que el Acuerdo de Paz les aseguró en el Congreso, la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común no logró ubicar a ninguno de sus aspirantes en el legislativo.
Ante ese panorama, personas como Daniela y Dávilson Alberto Vázquez Mora, también excombatiente del frente 18, coinciden en que aún falta mucho por hacer con el partido político de Farc y aunque reconocen que lo que pasó en las parlamentarias “hizo ver todo cuesta arriba y más difícil, nos invita a que hay que seguir trabajando y que la clave está en el campo, con los campesinos, porque tenemos que reforzar la tarea de orientar a la gente, que sepa qué es lo que queremos nosotros para todo el pueblo”.
Desde la cúspide del partido político de Farc vieron con buenos ojos su primera participación en una jornada electoral, incluso afirmaron que el balance es más que positivo.
“Nuestra primera participación en las urnas nos llena de orgullo y nos fortalece en la construcción de la Colombia nueva, la paz y el buen vivir. Gracias por tantos mensajes de apoyo, con ustedes construimos una nueva forma de hacer política”, fue el trino que publicaron desde esa colectividad.
Por su parte, Rodrigo Londoño, “Timochenko”, también afirmó por medio de esa red social que “cada voto por el partido de la rosa fue un voto valiente. Fueron personas que a pesar de la propaganda de odio, oyeron nuestro claro mensaje: ¡Paz con justicia social!”.
Victoria Sandino, integrante de Farc, y quien estará en el Senado gracias al Acuerdo de Paz, sostuvo en el programa Semana en Vivo, que solo el hecho de ser la primera participación en elecciones por parte de Farc es “algo histórico”, además afirmó que “poquitos o muchos votos, apenas estamos empezando y estamos con toda la disposición de hacer un papel fundamental en el Congreso”.
Aunque excombatientes como Daniela y Dávilson están a la espera de nuevas directrices para un futuro apoyo a una de las campañas que luchan por la presidencia de Colombia, saben que el futuro de Farc como partido político apenas arranca y depende de ellos y su trabajo.
Desde la academia, expertos creen que para la supervivencia de Farc en la contienda electoral, ese partido debe modernizar su manera de hacer política.
Pedro Jurado Castaño, jefe del Programa Ciencia Política de la Universidad de Medellín, afirma que “se deben adecuar a las condiciones de la política de los últimos 20 años. También deben de ser cautos en las alianzas que piensen hacer para las elecciones presidenciales y aprovechar estos años que vienen y en los que tienen asegurada su participación en el Congreso para construir una nueva política”.
Jhon Fernando Restrepo, decano de la facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad Medellín, cree que Farc no aprovechó bien su primera participación en unas elecciones, por lo que en el futuro debe reconsiderar su forma de promover sus campañas.
“Tuvieron seis meses de preparación para hacer una cosa distinta y les quedo grande, para mi Timochenko era uno más, nada extraordinario, ningún debate interesante, ninguna propuesta novedosa y ya tenían garantizadas 10 curules. Les faltó inteligencia política electoral, tuvieron una oportunidad histórica de hacer las cosas diferentes y resultaron calcando lo que hacen los partidos tradicionales”, afirmó el decano.